Aunque los deportistas se han vuelto celebridades con la creciente atención que reciben de los medios, la riqueza que generan no puede competir contra aquella de los empresarios.
Xavier Sala i Martín ha planteado esto con la pregunta: ¿por qué, injustamente, Lionel Messi no está en la lista de Forbes? Así titula una entrada de su blog publicada en marzo de este año. Este economista, catedrático de la Universidad de Columbia, es un acérrimo seguidor del Club de Futbol Barcelona, equipo del que ha sido tesorero.
En su artículo explica la razón por la cual los atletas más importantes no llegan a competir en riqueza con los grandes empresarios. Su argumento gira en torno a que el bien producido por Messi, es decir sus goles, es de naturaleza no rival. Este concepto lo ilustra contrastando un gol con una taza de café.
Un bien es considerado rival si no puede ser consumido por dos personas al mismo tiempo. Si compro una taza de café, ninguna otra persona podrá obtener placer de ésta. En cambio, hay millones de espectadores que son felices al mismo tiempo con un gol de Messi.
Si un gol de Messi y una tasa de café producen la misma satisfacción para un espectador, éste debería pagar un euro por gol.
Al considerar que 200 millones de personas ven sus goles en promedio, por los 230 goles que había marcado hasta el momento de esta comparación, su riqueza sería de 46 mil millones de euros, lo que lo convertiría en la tercera persona más rica del mundo.
Popularidad rentable
Si el rendimiento de los jugadores logra que su siguiente contrato sea más caro y pueda demandar salarios más altos, la popularidad que van desarrollando le permite tener modos alternos de generar riqueza.
Esta popularidad es utilizada como estrategia para generar mayores ingresos, algunos jugadores de futbol han patentado su identidad para obtener dinero por medio de anuncios publicitarios.
De los 256 millones de dólares ganados en el 2011 por los 10 jugadores mejor pagados, 111 millones fueron por comercialización. Es decir, 43 por ciento de sus ingresos no dependieron del salario que les pagan sus clubes
Un ejemplo reciente de la posibilidad de lucrar fuera de la cancha es el caso de David Beckham. Este legendario inglés fue el jugador con más ingresos en el 2011, en tan solo ese año ganó 46 millones de dólares. A pesar de que ya no figura como uno de los mejores, su figura mediática le ha permitido ser el jugador con mayores ganancias.
Otro ejemplo importante es el caso del jugador brasileño Kaká. Esta reconocida figura, que tuvo su pico futbolístico en Milán, no ha tenido la carrera esperada en el Real Madrid.
En sus tres años que ha tenido en el Madrid ha jugado solamente 63 partidos, de los 114 posibles de la Liga Española. Sin embargo, es el quinto jugador con mayores ganancias en el 2011.
Para generar riqueza no solo se debe tener alto rendimiento en la cancha, también se tiene que tener habilidad para vender la imagen. Así, la aparente timidez de Xavi Hernández no le permite competir en ingresos con el carisma de David Beckham.