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Las grandes y complicadas reformas estructurales no son la única manera en que México puede alcanzar un verdadero crecimiento económico sostenible.
Poner en práctica políticas que favorezcan la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres tiene un impacto directo y positivo en la economía y, además, no requieren una gran inversión.
La igualdad de oportunidades en el trabajo reduce los niveles de pobreza y fortalece el crecimiento económico de los países.
A pesar de que todavía falta mucho camino por recorrer para que las mexicanas obtengan su lugar merecido en el trabajo, la apertura que se ha conseguido hasta el momento ha demostrado los beneficios de incluir a las mujeres en el ámbito laboral.
Mediante un comunicado de esta semana, el Banco Mundial afirmó que existen grandes ventajas económicas cuando un país logra incluir a las mujeres en el mercado laboral.
Jim Yong Kim, presidente de la institución, aseguró que es falso que la implementación de políticas que buscan la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres representan un costo para la economía.
Al contrario, las ventajas de tener una fuerza laboral femenina activa podría ser una de las mejores soluciones para países en desarrollo.
Un estudio realizado por el Banco Mundial el año pasado detalla que en América Latina se ha reducido hasta en un 30 por ciento la pobreza gracias al incremento de oportunidades laborales para mujeres.
Este cambio, afirmó Yong Kim, fue una consecuencia de aumentar los niveles de educación en las mujeres y una disminución en los índices de fertilidad, lo que ofrece más oportunidades para trabajar.
El crecimiento económico requiere por lo general una inversión o costo. Sin embargo, garantizar la igualdad de género no solo tiene ventajas que van más allá de mejorar la vida de las mujeres, ya que toda la sociedad en general es la que se beneficia.
En vísperas del Día Internacional de la Mujer que se conmemora mañana 8 de marzo, es importante recordar los retos que la sociedad tiene pendientes en materia de igualdad.
El Banco Mundial afirma que internacionalmente los hombres son dos veces más propensos a conseguir un trabajo de tiempo completo que las mujeres.
Durante los últimos 20 años la inclusión de las mujeres se ha estancado alrededor del mundo. Además, la diferencia de salarios sigue siendo muy alta: en un mismo trabajo y con el mismo nivel de escolaridad, una mujer gana entre 10 y 30 por ciento menos que un hombre.
Mexicanas en el trabajo
Hay progreso, pero no es suficiente. Esta es la situación que viven las mujeres en México cuando quieren comenzar a trabajar.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, las mismas mexicanas son las que opinan que se enfrentan a un ambiente adverso.
El 62 por ciento de las mujeres en el país afirman que no tienen el mismo reconocimiento que los varones.
De manera similar, el 20 por ciento piensa que no son exitosas debido a la falta de oporunidades laborales, y el 30 por ciento dice sentirse estancada en su posición actual sin la posibilidad de conseguir un ascenso.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) publicó en su más reciente estudio sobre el tema que por cada 100 hogares en México que son jefaturados por un varón, 30 son dirigidos por una mujer.
El reconocimiento de las mexicanas en el hogar se debe, según el Coneval, al incremento de su participación en el mercado laboral.
La investigación que recolecta datos hasta el 2012 apunta que en tres de cada diez hogares del país la mujer era la principal perceptora de ingresos, es decir, existe una jefatura económica femenina.
El problema es que en el 16 por ciento de estos hogares donde la mujer percibe más dinero se reconoca al varón como el indisputable jefe de la casa.
Aunque las mujeres tengan el mismo grado de escolaridad que los hombres, estas suelen recibir un salario menor.
En las vacantes donde contratan a personas con un nivel básico de estudios, las mujeres ganan 78 pesos por cada 100 que perciben los varones.
La diferencia disminuye con el aumento del nivel de escolaridad, ya que con una educación superior la mujer gana alrededor de 8 por ciento menos que sus contrapartes.
Los obstáculos
El Banco Mundial señala que existen varios retos para conseguir una verdadera igualdad de género.
El principal factor de riesgo que acecha a las mujeres es la violencia doméstica a la que se enfrenta. De poco sirve educar a la persona si al final no se encuentra segura en su propio hogar.
La violencia que más comúnmente experimentan las mujeres es provocada por sus esposos, novio o parejas en general. El problema con este tipo de violencia es que la mayoría de las personas piensa que la violencia en el hogar es un asunto privado que no debería salir a la luz pública.
En ese sentido se debe primero atacar los estereotipos arraigados en la sociedad antes de poder consolidar un cambio verdadero.
Hoy en día existen varios países donde las leyes prohiben la inclusión de la mujer en varios ámbitos y las obligan en ocasiones a depender directamente de un varón para tener algo parecido a una vida.
El informe de la institución también señala que en México ha conseguido aumentar el número de mujeres que tienen acceso a la educación, pero que esto no se ha traducido en mayor igualdad laboral.
Es necesario implementar políticas adecuadas integrales para conseguir la igualdad