Se ‘hunde’ EL TLCAN

Donald Trump, presidente de Estados Unidos señaló que quizá sea necesario romper el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para lograr condiciones justas para su país con Canadá y México. 

“He dicho que o lo terminamos o lo renegociamos y estamos en el proceso de renegociarlo. Creo que por lo menos tendrías que empezar el proceso de salida (del tratado) antes de que obtengas un trato justo porque ha sido un acuerdo para un solo lado y esto incluye a Canadá”, afirmó, en conferencia de prensa conjunta con su homólogo finlandés Sauli Niinisto.

El viernes está programado el inicio de la segunda ronda de negociaciones en la ciudad de México, tras la primera que se celebró en Washington.

Durante la última semana, Trump ha lanzado amenazas al futuro del TLCAN.

El gobierno mexicano ha dicho que se mantendrá en la mesa de negociación con una actitud constructiva.

A principios de año, la incertidumbre sobre el futuro  del TLCAN llevó al tipo de cambio a un nivel máximo histórico de 21.90 pesos por dólar. Las reacciones del mercado a cualquier intervención pública de Trump, ya sea en entrevistas, discursos o a través de Twitter eran viscerales.

Por ejemplo, entre el 9 de enero y el 12 de enero, el peso se depreció 3.1 por ciento frente al dólar. Después de la noche de la elección, entre el 9 de noviembre y el 14 de noviembre, la moneda mexicana perdió el 13.98 por ciento de su valor frente al billete verde.

En esta ocasión, el daño ha sido más limitado. Entre el 23 de agosto y ayer, el peso se depreció 1.3 por ciento frente al dólar. Si bien, la pérdida es significativa, pocos analistas prevén que el tipo de cambio pueda alcanzar los niveles vistos en enero. En lo que va del 2017, el peso se ha apreciado casi 17 por ciento en relación al dólar.

Tras la advertencia de Trump de sacar a su país del TLCAN, el peso perdió ayer 25 centavos.

La diferencia fundamental entre entonces y ahora es que la terminación del TLCAN se ha situado en su justa dimensión. El mercado tiene muchos más elementos, legales y técnicos, para evaluar lo que antes era referido como un apocalipsis económico para México.

Bajo las reglas de la OMC

En primera instancia, la derogación del TLCAN no significaría una disrupción total del modelo económico y comercial del país. Las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) regirían la relación comercial entre México y Estados Unidos, de modo que la figura de “nación más favorecida” estipularía tasas arancelarias de entre 2 por ciento y 8 por ciento para el grueso de los productos manufactureros de exportación de México. Un precio que muchos estarían dispuestos a pagar, considerando el costo de desmantelar las cadenas de valor que han hecho de América del Norte una de las regiones más competitivas del mundo sería excesivamente mayor.

Además, una de las posturas primordiales de Estados Unidos en la renegociación del TLCAN es la exigencia de mejores condiciones laborales para los trabajadores mexicanos. En ese sentido, un alza salarial significativa podría representar un costo mayor que el de los aranceles dispuestos por la OMC.

Trump: atado por la Constitución

En segunda instancia, no resulta claro si el presidente de Estados Unidos tiene la facultad legal para pedir la cancelación del TLCAN de manera unilateral. 

Tim Meyer, profesor de derecho de la Universidad de Vanderbilt, argumenta que, en última instancia, la Constitución de Estados Unidos otorga al Congreso la facultad de ejercer acción en materia comercial. Es decir, el poder legislativo es la única rama del gobierno que puede implementar tarifas arancelarias.

Sin embargo, el Congreso ha utilizado leyes para delegar esta responsabilidad en el presidente. Este es el caso de la Ley de Implementación del TLCAN, que estipula que el presidente puede ejercer acción dentro de los lineamientos del tratado. Por eso, aún si el TLCAN es derogado, el presidente aún estaría restringido por esta ley para poder responder a una eventual escalada arancelaria con México.

El desmantelamiento completo del TLCAN requerirá de la aprobación del Congreso, donde un grupo sustantivo de legisladores, particularmente del Partido Republicano, cuenta con un largo historial de apoyo a políticas a favor del libre comercio.Si Estados Unidos saliera del TLCAN aplicarían las reglas de la Comisión de Comercio Internacional,  de acuerdo a las cuales, el 62 por ciento de los productos que entran a ese país desde México estaría sujeto a algún tipo de arancel.  Durante el 2016, México exportó cerca de 374 mil millones de dólares, el 79 por ciento fueron a Estados Unidos, según Banco Base. 

El domingo, el portal Axios dio a conocer una filtración de la Oficina Oval en la que el presidente Trump desesperadamente le pide a su jefe de gabinete, el general John Kelly, que “quiere tarifas” para China. La nota explica que el presidente terminó firmando una iniciativa que divergía profundamente de su exigencia de implementar tarifas.

La escena es conocida. Si algo ha dejado claro el mercado, es que hay una diferencia importante respecto a lo que Trump quiere lograr y a lo que puede lograr.

Los tres tiempos de Trump

22 de agosto

en Phoenix, Arizona

“Creo que probablemente terminaremos con el TLCAN en algún momento”

28 de agosto

En Washington, D.C.

“Creo que, probablemente, al menos tienes que empezar el proceso de terminación del TLCAN para conseguir un buen acuerdo”