Netflix quiere cambiar el modo de ver y hacer televisión en el mundo. La vocación global de sus ambiciones es evidente: en enero Netflix abrió su servicio en 130 países de manera simultánea.
El año pasado el valor de la acción de la compañía se incrementó en más de 60 por ciento, pero el optimismo desbordado de los inversionistas comienza a desvanecerse. La altas tasas de crecimiento de suscriptores que enamoraron a Wall Street están llegando a su límite.
En el primer trimestre del 2016, el aumento neto de suscriptores globales al servicio de Netflix fue de 73.5 por ciento. No obstante, las estimaciones del desempeño de la compañía en el segundo trimestre del año auguran un crecimiento negativo en el número de nuevos suscriptores en el mundo.
Esto representa un problema estructural para el futuro de Netflix, la mayor compañía de servicio de streaming de entretenimiento en el mundo, la cual cuenta con 81.5 millones de suscriptores y opera en prácticamente todo el planeta.
Al centro del modelo de negocios de Netflix se encuentra la importancia de mantener un crecimiento sostenido. La firma ha seguido una estrategia en la que se ha optado por una expansión explosiva a costa de las ganancias en el corto plazo. En ese sentido, el modelo de negocios de la compañía establece que las ganancias de largo plazo dependen de la rapidez y la rentabilidad de este proceso de expansión.
Ascenso y caída
La razón por la cual la acción de Netflix registró el mejor rendimiento del índice Nasdaq en el 2015 se explica por la manera en que la compañía logró penetrar nuevos mercados.
Analistas calificaron la operación de Netflix como una estrategia de blitzkrieg, en referencia a las guerras relámpago que llevó a cabo Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, su crecimiento global desvía la atención de uno de los problemas centrales de la compañía: la pérdida de suscriptores en su mercado doméstico, Estados Unidos.
El crecimiento de 66 por ciento en los suscriptores en mercados no-estadounidenses en el último trimestre del 2015 contrasta con la baja de 18 por ciento en el incremento de suscriptores locales para el mismo periodo. Actualmente hay estimaciones de que la clientela estadounidense de Netflix caerá 45 por ciento en términos anualizados en el segundo trimestre del 2016.
Los últimos pronósticos de la compañía respecto al crecimiento de suscriptores resultaron peor a lo esperado por el consenso de analistas.
Netflix reportó que en el segundo trimestre de este año habrá 500 mil nuevos clientes en Estados Unidos, 86 mil suscriptores debajo de lo esperado. Asimismo, la firma espera añadir 2 millones de nuevos suscriptores en el mundo, 1.5 millones de clientes menos de lo que pronosticaban analistas del mercado.
Después de darse a conocer los resultados, el precio de la acción de Netflix cayó 8 por ciento. En los últimos cinco años, la caída en el valor de los títulos de la compañía ya acumula una pérdida de casi 14 por ciento.
Reto global
La mala semana que ha tenido la compañía pone de relieve las limitaciones y retos que enfrenta el modelo de negocios actual.
En primera instancia, Netflix se ha convertido en víctima de su propio éxito, pues la competencia, tanto en Estados Unidos como en el mercado global, se ha incrementado sustancialmente. El caso más representativo es el del nuevo servicio de Amazon, que promete competir en contenidos y en precio por la participación de mercado de Netflix.
Por otro lado, la expansión mundial y la adaptación a nuevos mercados representa costos muy altos. La operación de Netflix en mercados emergentes se enfrenta a limitaciones de acceso a internet, sistemas de pagos poco efectivos y la creación de contenidos ‘tropicalizados’.
Con el fin de mantener su posición dominante, analistas de JP Morgan Securities recomiendan añadir cada vez más contenido local. Esto no es barato. La proyección de gasto de Netflix para la generación y compra de contenido es de 5 mil millones de dólares para 2016 y de 6 mil millones de dólares para 2017.