No es el mejor momento

El 15 de septiembre del 2008 el mundo cambió para siempre: la caída del banco Lehman Brothers inauguró la crisis financiera global más severa de los últimos 80 años.  El pánico se expandió alrededor del mundo y los mercados entraron en un terreno desconocido.

Siete años después, los mercados continúan desorientados. Los años posteriores a la crisis se han caracterizado por políticas monetarias disruptivas, el surgimiento de niveles récord de volatilidad y fuertes movimientos de capital en las economías emergentes.

Indigonomics Staff Indigonomics Staff Publicado el
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por ciento es el pronóstico de crecimiento mundial para este año por parte del FMI
"Retrasar el incremento (de tasas de interés) no va a resolver la situación"
Sukhdave Singhsubgobernador del banco central de Malasia
“Este año, comparado con el año anterior, muchos gobernadores de bancos centrales de países emergentes se encuentran más convencidos de que la Fed tiene que hacer lo que le corresponde”
Tharman Shanmugaratnam vice-primer ministro
de Singapur
El mal desempeño de los fondos de cobertura ocurre en un contexto en el que las acciones globales presentaron su peor rendimiento trimestral en los últimos cuatro años
El reporte del FMI engloba todos los riesgos de la actual coyuntura y concluye: “El sistema financiero global se enfrenta a un ajuste sin precedentes”
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El 15 de septiembre del 2008 el mundo cambió para siempre: la caída del banco Lehman Brothers inauguró la crisis financiera global más severa de los últimos 80 años.  El pánico se expandió alrededor del mundo y los mercados entraron en un terreno desconocido.

Siete años después, los mercados continúan desorientados. Los años posteriores a la crisis se han caracterizado por políticas monetarias disruptivas, el surgimiento de niveles récord de volatilidad y fuertes movimientos de capital en las economías emergentes.

Sin embargo, un punto de inflexión en los mercados financieros podría estar a la vuelta de la esquina. El fin del programa de estímulos monetarios de la Reserva Federal y la expectativa de un alza de tasas de interés por primera vez en casi una década han generado una serie de síntomas que podrían apuntar hacia una recaída global.

Los fondos de cobertura (hedge funds) tuvieron en agosto su peor desempeño mensual desde octubre del 2008. De acuerdo a un reporte de investigación realizado por el banco Citi, el sector registró una pérdida de 78 mil millones de dólares en este periodo.

La extensión de la última crisis financiera y su profundidad se debieron en gran medida al papel que jugaron los fondos de cobertura. La realización de apuestas apalancadas detonó una serie de redenciones cuando los fondos empezaron a registrar pérdidas, generando un efecto dominó que exacerbó la tendencia bajista del mercado. 

El mal desempeño de los fondos de cobertura ocurre en un contexto en el que las acciones globales presentaron su peor rendimiento trimestral en los últimos cuatro años.  De acuerdo a información recopilada por la agencia Reuters, los principales índices accionarios del mundo sufrieron una baja promedio de alrededor de 10 por ciento entre julio y septiembre.

Preocupaciones mayores

Las intervenciones públicas de los miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI) se han convertido en sinónimos de advertencias de riesgo creciente.

Esta semana, el organismo presentó un reporte en el que concluye que la posición de la economía global se encuentra en su peor momento desde la crisis del 2008. El reporte se centra en el bajo crecimiento global, particularmente en la desaceleración estructural de los países emergentes.

La baja en el precio de las materias primas, principal fuente de ingresos de gran parte de las economías emergentes, así como la depreciación generalizada de sus divisas, es vista por el FMI como uno de los mayores riesgos para la estabilidad mundial.

El FMI considera que la política de respuesta de los países emergentes se basó en la rápida contratación de deuda. Hoy, con el deterioro de las condiciones de la periferia, esto podría representar una bomba de tiempo que amenace la frágil recuperación global. 

“Los bancos cuentan con colchones de capital más delgados, mientras que la cartera vencida habrá de incrementarse dada la caída de las ganancias corporativas y el deterioro de la calidad de los activos”, indica el reporte de la institución financiera internacional.

La preocupación emergente se añade a las recurrentes advertencias que ha realizado el FMI respecto al impacto que ha tenido la política monetaria poco convencional de los principales bancos centrales del mundo, así como del riesgo de la falta de liquidez que prevalece en el mercado de bonos en tiempos de estrés financiero.

El reporte del FMI engloba todos los riesgos de la actual coyuntura y concluye: “El sistema financiero global se enfrenta a un ajuste sin precedentes”.

Subir la tasa: exigencia emergente

Durante loSubir la tasa: exigencia emergentes últimos dos años, el mundo ha estado a la espera del siguiente movimiento de la Reserva Federal de Estados Unidos.  Pese a que la normalización de política monetaria parece inminente antes de cada reunión del banco central, el alza de tasas es retardada ocasión tras ocasión.

Instituciones como el FMI y el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) han documentado ampliamente los efectos de esta expectativa de alza de tipos de interés: salidas de capitales de economías emergentes, depreciación de divisas frente al dólar, volatilidad e incertidumbre.

Sin embargo, la postura del gabinete económico de los países emergentes está cambiando: pasaron de pedir un retraso al alza de tasas que impactaría severamente sus economías a exigir que se actúe de inmediato para acatar las consecuencias de una vez por todas y poner fin al periodo de incertidumbre.

En el marco de la última reunión anual del FMI en Perú celebrada recientemente, el dirigente del banco central de Malasia y el vice-primer ministro de Singapur  argumentaron que el retraso de un alza en la tasa de interés no resolvería la situación financiera global.

La posición fue secundada públicamente por Jens Weidmann, presidente del banco central de Alemania.

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