Mientras la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Francois Hollande siguen estudiando si le otorgan a Grecia más tiempo para cumplir sus metas fiscales, en Finlandia ya se preparan para lo peor.
La actual crisis europea presiona a los políticos en Finlandia, la más lenta economía de los cuatro países nórdicos, para buscar planes alternos de acción.
Recientemente ha crecido la especulación de altos oficiales de Europa que empiezan a manejar prospectos negativos ante el futuro de la región.
Alto costo
El ministro del Exterior de Finlandia, Erkki Tuomioja, anunció que su país se encuentra creando posibles planes de contingencia en el caso de que se separe la Eurozona.
Tal análisis es solo una señal más de la creciente frustración que se vive en Finlandia sobre el desarrollo de la situación.
En una entrevista, Tuomioja señala que su opinión no es compartida por el Ministerio de Finanzas de su país.
Explica que aún existen muchos, como el ministro de Asuntos Europeos y Comercio Exterior, Alexander Stubb, que consideran que el costo de romper con la Eurozona podría llegar a ser más alto que mantener el esquema actual.
Tiempo de separarse
El líder del partido de oposición de Finlandia, Timo Soini, sugirió el separar a la Eurozona en dos.
De tal forma, Finlandia y los países nórdicos de mayor desarrollo económico no tendrán que enfrentar el riesgo de impago de los países en problemas.
En agosto, y por séptimo mes consecutivo, los negocios privados en Europa se contractaron notando un aceleramiento en el deterioro económico de Alemania, según la firma Markit.
Por su parte, Stubb advirtió sobre el peligro para los países nórdicos si planean crear un tipo de “Muro de Berlín” que separe al norte de Europa de sus colegas del sur.
El ministro es de las voces más fuertes a favor de mantener la Eurozona. Stubb también anunció estar convencido de que Grecia se mantendrá en la Eurozona y que Finlandia no perderá el dinero que le prestaron a Grecia.
La posibilidad de que los finlandeses terminen pagando los rescates financieros de países como Grecia, Italia o España ha sido refutada por el primer ministro Jyrki Katainen.