Continúan las malas noticias para el banco Citigroup.
La Reserva Federal de Estados Unidos ha rechazado el plan del banco para otorgar un alza en los dividendos trimestrales a sus socios, así como el permiso para recomprar acciones.
La negativa de los reguladores tiene origen en el pobre desempeño de Citigroup en la evaluación anual de estrés económico que la Reserva Federal realiza a las grandes instituciones financieras.
La evaluación mide la habilidad de los bancos para seguir prestando en caso de un escenario económico adverso sin la necesidad de un rescate gubernamental, tal como lo requirió Citigroup en 2008.
La Fed argumenta que a pesar de advertencias pasadas, se han levantado severas dudas respecto de la confiabilidad de Citigroup para ofrecer un plan de capital sólido contra embates económicos. Esto se liga al escándalo en el que Banamex, subsidiaria de Citigroup, perdió 400 millones de dólares por préstamos incobrables a Oceanografía.
La gestión de Manuel Medina Mora, vicepresidente de Citigroup, como presidente del Consejo de Administración de Banamex exhibió los primeros indicios de un problema con los controles internos y el manejo de riesgo del banco.
Analistas suponen que los accionistas de Citigroup pondrán a prueba a los ejecutivos de banco.
La salida del pasado CEO de Citigroup se debió, entre otros motivos, a una resolución desfavorable de la prueba de estrés.
Se espera que los bonos de los ejecutivos sean reducidos en la próxima junta de accionistas. El caso de Oceanografía provocó un decremento en el bono pagado a Manuel Medina Mora.
Citigroup otorgará dividendos trimestrales a sus socios de un centavo por acción y recomprará acciones por 1.2 mil millones de dólares. Esto contrasta con una recompra esperada de 6.4 mil millones de dólares y un aumento en el pago de dividendos por acción planeada, que pasaba de 4 a 20 centavos por acción.
La lista negra
La prueba de estrés económico se realiza a 29 instituciones financieras; solo cinco incumplieron con los requisitos mínimos de la evaluación. Además de Citigroup, destaca el desapruebo de las autoridades hacia las subsidiarias estadounidenses de HSBC, Santander y Royal Bank of Scotland.
A diferencia de Citigroup, las tres subsidiarias enfrentaron la prueba de estrés por primera vez. El banco estadounidense sufrió su segunda negativa en los últimos tres años.
Los bancos que tuvieron una resolución desfavorable deberán enviar nuevos planes de capital y suspender inmediatamente cualquier incremento en pagos de dividendos.