Operación antifuga
Hubo patadas bajo la mesa y también escándalos públicos, pero finalmente la neocúpula logró colocar a su gente en las candidaturas federales.
Rolando Hinojosahttps://www.youtube.com/watch?v=LTKr03dSRu0
Hubo patadas bajo la mesa y también escándalos públicos, pero finalmente la neocúpula logró colocar a su gente en las candidaturas federales.
El Banco de México (Banxico) actuó en línea con la decisión que tomó ayer la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos de subir su tasa de interés de referencia por primera vez en casi una década. El banco central mexicano elevó la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) en 25 puntos base para alcanzar un nivel de 3.25 por ciento. Desde junio del año pasado, la tasa de referencia se encontraba en un mínimo histórico de 3 por ciento. Las condiciones para un alza de tasas en México no se vislumbraban tan claramente como las del alza en Estados Unidos.
Por un lado, Banxico argumenta que un avance en la trayectoria del consumo privado y la inversión se ha traducido en un mejoramiento del balance de riesgos para el crecimiento. Sin embargo, la baja en los precios del petróleo han mermado la capacidad del Estado para estimular a la economía mediante el gasto público y las exportaciones muestran una desaceleración ante la débil demanda externa. En ese sentido, los pronósticos de crecimiento para México aún son poco optimistas: el Fondo Monetario Internacional espera que el país crezca 2.25 por ciento en el 2015 y 2.5 por ciento en el 2016. Además, la inflación ha registrado mínimos históricos durante los últimos siete meses. Esto resulta inusual para un país en el que el cambio en el nivel de precios significó el mayor reto de política económica de finales del siglo XX.
Actualmente, en términos anualizados, la inflación se ubica en 2.21 por ciento. Banxico explica que esto se debe en gran medida a una caída transitoria en el precio de las telecomunicaciones y los energéticos. No obstante, el banco central espera que la inflación se estabilice en torno a su objetivo de 3 por ciento rumbo al 2017.
Movimiento esperado
A pesar de estas condiciones poco alentadoras, el consenso de analistas esperaba el movimiento de alza de tasa por parte de Banxico. Se argumenta que las decisiones de política monetaria en México se han tomado en consecuencia con la postura de política monetaria en EU, lo que ha convertido a Banxico en un espejo de la Fed. El abandono de una política de tasa cero por parte de la Fed cambia el valor relativo entre activos de Estados Unidos y los de otros países. En ese sentido, la subida de tipos de interés por parte de Banxico pretende evitar que los inversionistas saquen su dinero de instrumentos mexicanos para redirigirlo hacia inversiones de mayor rendimiento en dólares. Banxico señala expresamente que se tomó la decisión en “respuesta principalmente al incremento de 25 puntos base en el rango objetivo para la tasa de referencia de la Fed”.
En un comunicado agrega que la ausencia de algún movimiento en la tasa de referencia de México podría generar una depreciación desordenada del tipo de cambio, de modo que se afectaría el nivel de inflación. A diferencia de la Fed, que cuenta con un doble mandato, el único objetivo de Banxico es el de asegurar un nivel de inflación cercano al 3 por ciento. México, cuyo primer socio comercial es Estados Unidos, cuenta con una economía abierta con pocos controles de capital, lo cual vuelve al país particularmente susceptible a las alzas de los tipos de interés de la Fed.
El peso es una de las monedas más líquidas a nivel global y es la divisa emergente más operada. En un momento en el que las monedas emergentes sufren una depreciación generalizada, los inversionistas suelen vender al peso para reducir su exposición a activos emergentes dado que es más difícil deshacerse de activos menos líquidos. Esto explica parte de la pérdida de 16.55 por ciento que ha sufrido el peso frente al dólar en el último año.
Sin sorpresa ni sobresalto
La decisión de Banxico se alineó con lo previsto por Gabriel Lozano, economista en jefe para México en el banco JPMorgan, quien indicó que “México debería de mantener la relación (de tasas de interés) que existe actualmente, dadas la interconexión comercial y financiera con el país del norte”.
En cuanto a los impactos del alza mexicana, los expertos parecen coincidir en que serán inexistentes o marginales en algunas áreas, mientras que en otras el impacto será significativo pero manejable.
Un ejemplo se ve en los créditos al consumo, donde los de tasa fija (como la mayor parte de los créditos hipotecarios) no se verán afectados y los de tasa variable (como las tarjetas de crédito) verán impactos diferentes dependiendo del tipo de tasa.
Es más bien en la deuda corporativa, que a mediano plazo paga en promedio 4.34 por ciento, y en la deuda pública a corto plazo, que esta semana pagó 3.2 por ciento, que se sentirá más el alza de forma inmediata.
En otras palabras, y tal como lo pronosticó Carlos Capistrán, economista en jefe para México en el banco Bank of America-Merrill Lynch, “tanto el gobierno como las empresas y algunos agentes verán su costo de fondeo aumentar”.
El ritmo de la Fed
Una vez alineadas las tasas de la Fed y de Banxico con una modesta alza de 25 puntos base, la atención se voltea hacia el cuándo se darán y qué tan grandes serán las alzas posteriores.
En ese sentido, la Fed ha enfatizado que su ciclo de alzas será gradual y que responderá al desempeño de los indicadores económicos estadounidenses.
Sin embargo, sus pronósticos muestran que las autoridades de la Fed esperan incrementar en casi un punto porcentual su tasa de interés durante cada año de los próximos tres años. Este veloz ritmo de apretamiento monetario contrasta con el discurso más suave que la Fed presentó al anunciar su alza esta semana.
Es por esto que expertos señalan que la Fed podría toparse con problemas si no logra hacerle creer a los mercados financieros que su ritmo de alzas es realista. Actualmente, los mercados de futuros muestran expectativas de tasas que se encuentran significativamente por debajo de lo pronosticado por la Fed.
Andrew Levin, profesor de economía en Dartmouth College y ex-consejero especial de comunicaciones para la presidencia de la Fed, dijo ayer en entrevista con Bloomberg que “los mercados (…) están leyendo mal el cuánto creen 10 de los 17 miembros del comité de política monetaria de la Fed que la tasa de interés será de 1.5 por ciento para el final del próximo año”.