Los socios comerciales de Estados Unidos en todo el mundo no han perdido tiempo y ya trabajan en establecer una agenda robusta con el equipo de transición del gobierno de Joe Biden, aunque este no es el caso de su aliado económico más importante: México.
Se trata de una oportunidad desaprovechada para enviar señales inmediatas al próximo gobierno de que México está preparado para asumir los compromisos del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), advierte Kenneth Smith Ramos, exjefe de la negociación técnica de este acuerdo comercial.
Pese a que la victoria electoral del demócrata Joe Biden es inminente y se ha conformado un equipo de transición gubernamental, el gobierno mexicano, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, no se ha pronunciado respecto al cambio de gobierno estadounidense.
El monto total del intercambio de mercancías entre ambos países de enero a octubre de este año fue del orden de 439 mil 676 millones de dólares, las exportaciones de México a Estados Unidos alcanzaron los 265 mil 935 millones y en el caso de las importaciones se registró un monto de 173 mil 741 millones, de acuerdo con datos de la Oficina del Censo estadounidense.
El dinamismo económico entre ambos países ha permitido que el país vecino del norte sea el principal socio comercial de México en tanto que esta nación se posiciona como el segundo aliado económico para Estados Unidos, sólo después de China.
La conexión comercial entre ambos países transitó por diversos altibajos durante la administración de Donald Trump y alcanzó momentos álgidos como cuando el aún presidente estadounidense amenazó en mayo de 2019 con aplicar aranceles a productos mexicanos si el gobierno de López Obrador no establecía fuertes medidas migratorias para detener a los centroamericanos que se movilizan a ese país.
La exigencia de Trump para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuando el gobierno mexicano lo encabezaba Enrique Peña Nieto, y su transformación en el TMEC también se llevaron a cabo en medio de tensiones diplomáticas e incertidumbre comercial.
Con la nueva administración estadounidense a cargo de Joe Biden, es poco probable que se presenten modificaciones radicales en el TMEC, aunque sí se ha pronunciado por revisar temas en materia laboral y energética.
El Plan de energético de Biden advierte que se invertirán 400 mil millones de dólares en un periodo de 10 años para impulsar las energías limpias e innovaciones en el sector, mismo que contrasta con la visión del gobierno de la Cuarta Transformación que mantiene una batalla legal con empresas de energía renovable y organismos ambientales.
En tanto que en materia laboral el presidente electo ha manifestado su interés en vigilar el cumplimiento de los acuerdos que se alcanzaron en el T-MEC enfocados en los derechos de los trabajadores de los tres países que integran el acuerdo comercial.
“Lo que no va a cambiar es la presión de Estados Unidos y diversos grupos que van a buscar fortalecer este nacionalismo económico, los productores agrícolas de los estados de Florida y Georgia que quieren frenar las exportaciones agropecuarias de México o los sindicatos que tratan que se establezcan casos en materia laboral en contra de México en el interior del T-MEC”, explica Smith Ramos.
Durante su campaña presidencial Biden impulsó la frase Buy America (Compra lo hecho en América) con el mensaje de proteger la industria nacional y generar nuevos empleos, un discurso no tan lejano al Make America Great Again de Donald Trump.
Biden y EU, Aliado estratégico
Smith Ramos agrega que un punto en el que México se podría posicionar como aliado estratégico de Estados Unidos es con su apoyo diplomático para el retorno al “escenario internacional” de ese país, luego de que Trump cortó lazos con mecanismos y organismos mundiales.
“Biden ha señalado interés en regresar al Acuerdo de París y la posibilidad de que regrese al Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio que abandonó Trump como su primer acto de gobierno.
Un tema adicional es que los últimos cuatro años, Trump se distanció de la Organización Mundial del Comercio (…) lo último que hizo la administración Trump fue rechazar el consenso de los miembro de la OMC para que una candidata la dirija, un tema que podría retomar México con sus buenos oficios y acercarlo para convencer a Estados Unidos para que acepte a la candidata”, considera.