Uber perdió una importante batalla en su enfrentamiento global contra reguladores de transporte. La firma, valuada en 41 mil millones de dólares, anunció que acatará las disposiciones legales que le prohíben conectar pasajeros con autos privados sin licencia en Corea del Sur.
Un comunicado de la empresa explicó que la aplicación se limitará a empatar a sus usuarios con taxis que cuenten con una licencia de transporte público
Para ello, Uber se asoció con la compañía Seven Call Taxi, localizada en Incheon, la tercera ciudad más grande del país asiático.
Analistas consideran que la alianza de Uber con Seven Call Taxi, que cuenta con 3 mil unidades para operar, representa un modelo de negocio mucho menos rentable que la propuesta original de la aplicación.
Sin embargo, Uber pretende que la asociación mantenga su base de usuarios mientras la firma se ajusta a un nuevo modelo de negocio que cumpla con las regulaciones de Corea del Sur.
La firma se ha caracterizado por desafiar a reguladores alrededor del mundo y a realizar fuertes esfuerzos de cabildeo. El cambio de estrategia ocurre un mes después de que fiscales de Corea del Sur emprendieron una batalla legal contra Travis Kalanick, CEO de Uber.
Las autoridades de Seúl, la capital de Corea del Sur, declararon que el servicio de Uber es inseguro y opera como competencia desleal frente a los taxis con licencia.
Las autoridades llegaron al extremo de ofrecer una recompensa de un millón de wons (929 dólares) para quien reporte autos privados que ofrezcan servicio de transporte.