¿Para quién es el negocio?

La Liga Nacional de Futbol Americano (NFL por sus siglas en inglés) utiliza la promesa de grandes ganancias económicas para que las ciudades sean anfitrionas del Super Bowl. 

Este año han mencionado que la derrama económica rondará los 600 millones de dólares para las ciudades de Nueva Jersey y Nueva York, que están involucradas en el evento.

Sin embargo, diversos economistas afirman que las cifras de la NFL están exageradas y no se apegan a la realidad. 

La historia parece repetirse cada año. Andrew Zimbalist, economista del Smith College, afirma que los organizadores del juego por el campeonato de la NFL realizan estudios basándose en datos falsos para dar la apariencia de que existe un sustento científico a sus declaraciones.

De acuerdo con Victor Matheson, profesor de economía en la Universidad de Santa Cruz, publicó un estudio en el que afirma que en años anteriores las cifras de la NFL han sido infladas hasta en un 96 por ciento.

El principal motivo de que los números oficiales se manipulen, afirma Matheson, es cuestión de política.  

Por lo general, las grandes inversiones que requieren los estadios anfitriones del Super Bowl son financiadas en parte con recursos públicos. De aquí surge el interés de vender el evento como altamente rentable para la población de los lugares.

El promedio de inversiones con dinero público utilizado para construir o renovar estadios para el Súper Tazón ronda los 209 millones de dólares que, según Matheson, es más grande que los beneficios reales. En otras palabras, las ciudades tienen las de perder cuando se trata de hospedar el gran juego.

En promedio, los economistas esperan que las ganancias del Super Bowl sean alrededor de una cuarta parte de lo que la NFL indica. Para aumentar las sospechas, los organizadores se han negado a publicar el estudio en el que basan sus estimaciones y no han respondido los cuestionamientos de la prensa.

Una gran parte del dinero que los asistentes gastan en el Super Bowl se va directamente a los bolsillos de la NFL. 

Los eventos previos al gran juego, como la firma de autógrafos y conciertos, no generan ningún beneficio económico a las comunidades. Del mismo modo se puede decir que las rentas de cuarto en hoteles terminan siendo destinadas solo a las grandes corporaciones.

Además, la NFL no ha permitido la comercialización del Super Bowl a los vendedores locales. Las tiendas locales tienen prohibido usar palabras relaciondas con el juego del domingo para promocionar sus productos o hacer eventos para los turistas deportivos.

Esta situación suele repetirse en otros macroeventos deportivos, como los mundiales de futbol y las olimpiadas. 

Los países realizan fuertes inversiones para construir estadios con la promesa de generar una gran derrama económica, pero al final los que se llevan la parte más grande del pastel son los organizadores.

Anuncios sobre anuncios

Otro de los aspectos que más llama la atención del Super Bowl son los grandes gastos que hacen las empresas para colocar sus anuncios durante el partido. Este año un anuncio de 30 segundos durante la transmisión de 30 segundos cuesta alrededor de 4 millones de dólares.

De acuerdo con Bloomberg, el precio de los comerciales ha ido en aumento. En el 2004, el precio promedio de estos anuncios era de 2.3 millones de dólares. El alza se debe a que cada vez hay más personas que ven el juego.

Se espera que el partido entre los Halcones Marinos y los Broncos  sea visto por más de 110 millones de estadounidenses. 

Los defensores del modelo de negocio afirman que vale la pena anunciarse en el Super Bowl porque en ningún otro momento se tiene una audiencia tan grande.

Además, estos comerciales cobran mucha fama entre los televidentes que los recuerdan durante años, pues se pueden ver en Internet listas sobre los mejores anuncios que han sido emitidos durante las transmisiones de años pasados.

Gracias a sitios de Internet como YouTube, los anuncios que van a salir por televisión el domingo ya pueden ser vistos por el público. 

Es tan grande la expectativa, que las empresas han comenzado a promocionar sus comerciales con pequeños adelantos o teasers pagados en otros videos. Algo así como un anuncio del anuncio del comercial.

Apuestas peculiares

Además de las tradicionales apuestas que siguen a cualquier evento deportivo, el Super Bowl se ve rodeado de una euforia especial con apuestas no tradicionales. Estos son un ejemplo de las más destacadas

Lágrimas de Knowshon Moreno

Tras haber sido captado en televisión, el jugador de los Broncos de Denver se ha ganado la fama de llorar durante el himno nacional. Las apuestas sobre si volverán a rodar las lágrimas este domingo están dos contra tres.

El sombrero  de Bruno Mars

El espectáculo de medio tiempo incluirá la participación de Bruno Mars, quien ha sido caracterizado por salir con sombrero en sus presentaciones, por lo que la gente tiene apuestas al tipo de sombrero que utilizará en el Super Bowl.

Red Hot Chili Peppers cambia de nombre

Lo que empezó como un rumor se ha vuelto una herramienta publicitaria para la banda que participará en el medio tiempo. El nuevo nombre que supuestamente debe ser anunciado a mitad de la presentación es el de simplemente Chili Peppers.

Otro apagón a mitad del juego

La pasada entrega del Súper Tazón quedó marcada por el apagón que sufrió el Mercedes-Benz Superdome durante el segundo tiempo. Ahora algunos fanáticos pueden apostar a que se repita la historia, aunque tendrán las posibilidades en su contra.

Marihuana presente

Los Halcones Marinos de Seattle y los Broncos de Denver pertenecen a los estados Washington y Colorado, respectivamente, que han legalizado la venta de marihuana. La apuesta gira alrededor de si los comentaristas del partido dirán la palabra marihuana.