Pérdidas torrenciales

El inicio de la temporada de huracanes propinó un fuerte golpe a indicadores como la inflación y el crecimiento de la producción mexicana.

Los fenómenos naturales vinieron a presionar aún más a la economía mexicana, que ha ido bajando sus expectativas de crecimiento debido a la incertidumbre en los mercados internacionales, la pérdida de dinamismo del mercado interno y demás cuestiones que aquejan a la economía mundial.

20
Por ciento de las propiedades afectadas contaban con un seguro contra desastres
Expertos en la materia consideran que los recientes desastres podrían impulsar a inflación por arriba del 3.5 por ciento para fines del 2013
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El inicio de la temporada de huracanes propinó un fuerte golpe a indicadores como la inflación y el crecimiento de la producción mexicana.

Los fenómenos naturales vinieron a presionar aún más a la economía mexicana, que ha ido bajando sus expectativas de crecimiento debido a la incertidumbre en los mercados internacionales, la pérdida de dinamismo del mercado interno y demás cuestiones que aquejan a la economía mundial.

Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIA), el paso de los huracanes “Ingrid” y “Manuel” en territorio nacional nos va a costar 75 mil millones de pesos en daños de infraestructura como carreteras, puertos, inmobiliario y automóviles, entre otros. 

Esta cifra es mayor a la del gasto de todos los estados (por separado), a excepción al del Estado de México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del 2010.

El Fondo de Desastres Naturales (Fonden) aportará 12 mil 507.9 millones de pesos para reparar daños en infraestructura, de los cuales 7 mil millones provienen de este fondo, y el resto va a cargo del Seguro de Riesgos Catastróficos. 

Para poder enfrentar dichos daños, el gobierno propuso un déficit público del 0.4 por ciento en proporción del PIB.

Lo peor del asunto es que tan solo el 20 por ciento de las propiedades afectadas contaban con seguro. 

Impulsa la inflación 

Por el lado del Gobierno Federal la situación es muy parecida, ya que se tendrán que cubrir los daños de 57 carreteras libres (40 por ciento del total del país), que no se encontraban aseguradas. Según la AMIA, esto se debe a que desde la administración pasada, por una suerte de “racionalización presupuestal”, se optó por no cubrir dicha infraestructura, por lo que terminó por salir más cara debido a los daños.

Sin tomar en cuenta el costo de la infraestructura, no se hicieron esperar los efectos colaterales, tanto en la economía de las entidades afectadas como en la nacional. 

Se estima que 613 mil hectáreas fueron pérdida total por los fenómenos meteorológicos. Por ello, para finales del mes de septiembre se dieron incrementos en los costos en diversas legumbres y verduras de entre el 12.5 y 25 por ciento. 

Habitantes de Guerrero denunciaron el incremento de productos de primera necesidad, como el huevo y tomate, los cuales llegaron a tener un precio de 60 y 40 pesos el kilo, respectivamente. 

Y es que en dicha entidad se llegó a tener una pérdida de 152 mil 813 hectáreas de campos agrícolas. 

Expertos en la materia consideran que dichos desastres podrían impulsar la inflación por arriba del 3.5 por ciento para fines del 2013. 

A pesar de que con dicho aumento todavía se esté por los niveles de inflación objetivo del Banco de México (Banxico), los cuales son más/menos un punto porcentual del 3 por ciento, se piensa reconsiderar a 3.75 por ciento para evitar presiones inflacionarias. 

Esto se debe a que se estima que el efecto de estos fenómenos sea un incremento de 0.15 puntos porcentuales en la inflación, según Hacienda.

Ineficientes en gasto de desastres

La Auditoría Superior de la Federación, en su publicación Cuenta Pública 2011, ya había hecho ver que el uso de los fondos contra desastres naturales no ha sido utilizado de forma eficaz ni eficiente a la hora de atender las primeras urgencias de la población. 

Dicho estudio registró irregularidades desde fenómenos como “Karl” y “Alex” en el 2010. 

Pese a que se debió darles a los estados afectados los recursos directamente, la Secretaría de Gobernación determinó que se dieran créditos a plazos de 20 años mediante el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) a tasas de 8.6 por ciento anual. 

Por dicho motivo, la ASF recomendó que se reformara la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para delinear precisamente las formas en que se entregarán recursos del fondo.

El Fondo para la Infraestructura Social Estatal (FISE), que busca evitar futuros desastres mediante la inversión en drenaje, caminos y demás servicios, recibió 43 recomendaciones para que investigaran irregularidades en los procesos de administración de los fondos entregados. 

Al paso de un año de diversos fenómenos meteorológicos, todavía no se daban avances en gran parte de los proyectos. 

De los recursos que se mandaban a las entidades, el 43.4 por ciento de estos eran subutilizados. Es decir, entre que los proyectos no cumplían los tiempos en que eran demandados y los fondos que no eran utilizados, se estaban dando pérdidas en el bienestar social considerables. 

Por ello, la ASF urgió al Congreso para establecer leyes que establezcan los tiempos, modos y formas en que se utilizarán estos recursos.

Cambio climático en México

Según un estudio realizado por Greenpeace, el cambio climático es la mayor falla de mercado que jamás se haya presentado. 

Esto se acentúa para México, ya que dicha organización nos catalogó como un país altamente vulnerable económicamente ante cambios climáticos. 

Y es que el 71 por ciento de nuestro PIB podría verse afectado por alguno de estos fenómenos, según Greenpeace. 

Entre los más afectados, por dichas pérdidas potenciales, están los sectores de la población más desprotegidos, económicamente hablando. 

Esto se debe a que dicha población se concentra en actividades agrícolas, sector productivo que representa el 3 por ciento del PIB, dando empleo al 15 por ciento de la población económicamente activa… y potencialmente vulnerable a los daños causados por las tormentas.

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