Perfilan esperanza
Como Reporte Índigo dio a conocer el miércoles pasado, el último dato publicado por el Inegi del déficit comercial resultó peor de las estimaciones de analistas y mercados por igual.
Sin embargo, a pesar de la preocupante cifra, la mayor desde el 2008, algunos han logrado ver el lado positivo detrás de los datos.
El déficit comercial, la diferencia entre exportaciones e importaciones, de casi 3 mil millones de dólares se incrementó por una desaceleración en las exportaciones y una aceleración de las importaciones.
Eduardo FloresComo Reporte Índigo dio a conocer el miércoles pasado, el último dato publicado por el Inegi del déficit comercial resultó peor de las estimaciones de analistas y mercados por igual.
Sin embargo, a pesar de la preocupante cifra, la mayor desde el 2008, algunos han logrado ver el lado positivo detrás de los datos.
El déficit comercial, la diferencia entre exportaciones e importaciones, de casi 3 mil millones de dólares se incrementó por una desaceleración en las exportaciones y una aceleración de las importaciones.
Es justamente en este segundo rubro donde algunos creen que se pueden esconder las buenas noticias.
Por ejemplo, el incremento en la importación de bienes intermedios podrá señalar una pronta expansión en las exportaciones.
De acuerdo con datos de Business Monitor International, los bienes intermedios han venido creciendo de 0.1 por ciento en noviembre, a 0.8 por ciento en diciembre y 8 por ciento en enero.
Considerando que gran parte de la actividad manufacturera de México usa importaciones de esta naturaleza para sus procesos, el dato puede señalar un incremento pronto de las exportaciones.
Estas han estado disminuyendo desde septiembre del año pasado en parte debido a la preocupación con el precipicio fiscal que se vislumbraba a principios del 2013.
No obstante, analistas opinan que la tendencia está por revertirse.
Y los datos sugieren una lectura parecida, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) registró en enero un incremento de 0.9 puntos en su indicador manufacturero respecto al mes anterior.
Si bien el riesgo principal continúa siendo la complicada situación fiscal en Estados Unidos, por lo pronto parece que lo peor ha pasado.
Los recortes automáticos al gasto, que entraron en vigor el primer día de marzo, son pequeños en comparación con el precipicio que se temía.
Queda solo por ver si los analistas están en lo correcto respecto al déficit comercial.
¿Resurgirá de las cenizas el superávit comercial que registramos en meses pasados?
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