Peter O’Toole: Una estrella apostadora
— De clase criminal
En su juventud escribió en sus cuadernos: “No voy a ser un hombre común. Voy a agitar las suaves arenas de la monotonía. No anhelo seguridad, quiero arriesgar mi alma en una oportunidad”. Al hablar de sus orígenes, aseguraba que provenía de una clase criminal. Se dice que su padre quedó con una mano atrofiada por un ajuste de cuentas por parte de un acreedor.
— De clase criminal
En su juventud escribió en sus cuadernos: “No voy a ser un hombre común. Voy a agitar las suaves arenas de la monotonía. No anhelo seguridad, quiero arriesgar mi alma en una oportunidad”. Al hablar de sus orígenes, aseguraba que provenía de una clase criminal. Se dice que su padre quedó con una mano atrofiada por un ajuste de cuentas por parte de un acreedor.
— Antes de los reflectores
A pesar de que se le reconoció el don de la escritura creativa desde pronta edad, a los 13 años deja la escuela para volverse almacenista en el periódico local The Yorkshire Evening News, donde luego fue reportero. El editor lo despidió diciendo “intenta otra cosa más, sé actor, haz cualquier cosa”. Después de terminar con su servicio militar logró una beca en la Academia Real de Arte Dramático.
— El Lawrence de Arabia
Sin mucha experiencia en la pantalla grande, en 1962 el director David Lean tuvo que conformarse como última opción con O’Toole para ocupar el protagónico de Lawrence de Arabia, con el posterior éxito ya conocido. El actor ingles se empapó en la cultura árabe para interpretar a su personaje, por lo que se mezcló mucho con la cultura de los beduinos.
— De juerga en juerga
Con su llegada al estrellato, y con una buena fortuna amasada, se la pasó en fiestas y casinos gastando grandes sumas de dinero. De hecho se dice que llegó a perder gran parte de su riqueza en dos noches en casinos de Beirut y Casablanca. Para los años 70 su comportamiento se volvió aún más errático y le ocasionó problemas legales y de salud.
— La buena crítica
Durante su época de mayor libertinaje, los 70 representaron actuaciones mediocres, según los críticos. Con lo personal más en calma, en los 80 logró recibir buenas críticas y aceptación como humorista en diversos papeles televisivos. Su octava y última nominación a un Óscar la obtiene con Venus en el 2006, y aunque no ganó la estatuilla por alguna película, le otorgaron una honorífica.