La respuesta fiscal de México, país catalogado como economía emergente, fue pequeñita.
La cantidad de recursos que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador destinó a los programas fiscales para apoyar a las economías de los hogares ante el impacto económico que tuvo la pandemia son similares a los de países como Egipto, Bangladesh, incluso naciones como Etiopía y Ghana superaron la respuesta fiscal de México.
A través del Informe sobre el Desarrollo Mundial 2022, el Banco Mundial apunta que en los países de ingreso mediano la respuesta fiscal mostró variaciones significativas, lo que refleja marcadas diferencias en la capacidad y voluntad de los gobiernos para destinar recursos a los programas de apoyo.
El organismo internacional recuerda que durante el 2020 los Gobiernos y los bancos centrales recurrieron a políticas sin precedentes destinadas a proporcionar alivio temporal de la deuda, como las moratorias para los hogares y las empresas. Sin embargo, estas iniciativas han derivado en la falta de transparencia sobre el alcance real del riesgo crediticio en la economía.
Otro de los efectos de estas respuestas fiscales fue el aumento de la deuda pública en todo el mundo que ha generado severas inquietudes sobre su sostenibilidad y ha contribuido a la creciente disparidad entre las economías emergentes y las avanzadas.
En ese sentido, la respuesta a la crisis actual debe de incluir políticas que aborden los riesgos derivados de los altos niveles de deuda pública para garantizar que los gobiernos preserven su capacidad de apoyar eficazmente la recuperación, afirma el Banco Central.