Política ambiental, sin recursos para ejercerse
La política ambiental del país tiene en la mira estrategias sustentables, sin embargo, no se contempla la inversión y el tiempo para que se puedan regenerar los ecosistemas
Viviana BranEl impacto ambiental derivado del quehacer económico avanza a pasos agigantados. En la última década, la industrialización, consumo desmedido, falta de inversión y tiempo para que se regeneren de manera natural los hábitats del planeta han sido los responsables del agotamiento de los recursos naturales y la degradación de los ecosistemas. La política ambiental de todo el mundo, en especial de México, encendieron las alarmas e intentan crear proyectos sustentables que ayuden a reducir los efectos del cambio climático, sin embargo, las propuestas no plantean la posibilidad de regresar al planeta Tierra lo que les ha brindado desde comienzos de la revolución industrial.
El agotamiento en el medio ambiente se manifiesta por el uso indiscriminado de los recursos naturales y la insuficiente atención para resolver los problemas que se suscitan en todos los ecosistemas, incluso en el de las poblaciones humanas.
Por otra parte, la degradación ambiental ocurre cuando los recursos naturales de la tierra se agotan y el medio ambiente se ve comprometido en forma de extinción de especies, contaminación del aire, agua y suelo.
Hasta 2017, el costo total del agotamiento y degradación del ambiente sumó 947 mil 662 millones de pesos (mdp), cifra que equivale a 4.3 por ciento del Producto Interno Neto Ecológico (PINE), de acuerdo con la información del Inegi.
Mientras que el gasto en protección al medio ambiente hasta ese año fue de 124 mil 449 millones pesos, equivalente a un 0.6 por ciento del PIB a precios básicos, según el Inegi. Es decir que esta cifra es mínima al compararse con el agotamiento y degradación.
Al respecto, Eduardo García Escobar, investigador especializado en ecología funcional, asegura que uno de los obstáculos en la política ambiental del actual gobierno es que no plantea la posibilidad de ligar las problemáticas sociales con las ambientales.
“El país y el mundo entero podrían dirigirse hacia un colapso por simple lógica de costo beneficio, pues se gastan más recursos de los que se tienen y se producen. Hay una mínima cantidad de recursos que se destinan para el medio ambiente, esto da una economía y ecología deficitaria. Si esto fuera una empresa ya estaría en quiebra”, detalla el también consultor independiente.
Revelar lo invisible en la política ambiental
El mundo se ha declarado en emergencia climática. Los últimos cuatro años han sido los más calientes de toda la historia registrada por el ser humano.
Los signos vitales del planeta indican un incremento en el bióxido de carbono, hecho que ha provocado un aumento de la temperatura, el derretimiento del Polo Norte, la masa antártica, la subida del nivel del mar, entre otras afectaciones que declaran un momento de crisis no solo en lo referente al ambiente, también en lo social.
Ante esta situación, Víctor M. Toledo, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), informó sobre las problemáticas a las que se enfrentará la dependencia durante este sexenio.
Entre ellas mencionó la importancia de una transición agroecológica, energética, el rescate de ríos para continuar con el suministro de aguas, así como educación y cultura ambiental, todas enfocadas a seguir ocupando los recursos naturales de una forma más responsable, pero no contempla, en ningún momento, la opción de invertir en reparar los daños que estos sectores ya presentan.
La contaminación atmosférica representó el mayor costo ambiental en 2017, al ubicarse en 619 mil 114 mdp, le siguieron los costos por degradación del suelo 90 mil 056 mdp; residuos sólidos 70 mil 970 mdp; extracción de hidrocarburos con 62 mil 653 mdp; contaminación del agua por 41 mil 561 mdp, y costos por agotamiento de recursos forestales, que ascendieron a 24 mil 307 mdp.
Con estos resultados, es posible identificar el impacto ambiental del quehacer económico que deriva del agotamiento de los recursos naturales y la degradación del medio ambiente, así como el gasto que la sociedad efectúa para resarcir los daños ambientales como consecuencia del proceso productivo de bienes y servicios.
Para Eduardo García Escobar de no tomarse en serio las inversiones y periodos de descanso para los ecosistemas, las sociedades de todo el mundo podrían enfrentarse a una escasez de alimentos, agua potable, cambio climático, inundaciones, sequías y problemas de salud por el aire cada vez más contaminado.
“Las proyecciones que se tienen para 2050 son irreales, pues no quedan 30 años como se cree. Ningún sector quedará a salvo, pues todos se verán afectados. Se deben hacer cambios radicales y todos van a tener que participar”.