¿Por qué se hunde el petróleo?
El ánimo energético de México pasó del optimismo de la reforma al pesimismo del mercado.
El precio de barril de petróleo ha sido un tema central de debate entre autoridades, analistas y opinión pública. Desde que inició el año algunos se aventuraron a decir que el precio caería del promedio de 100 dólares que había gozado en los últimos tres años, a sólo 65 dólares.
Los pronósticos obligaron a los legisladores a cambiar la ley de ingresos del 2015 para reducir el precio estimado del barril de 82 a 78 dólares.
Rodrigo Carbajalhttp://youtu.be/UMyTa8EoluE
El ánimo energético de México pasó del optimismo de la reforma al pesimismo del mercado.
El precio de barril de petróleo ha sido un tema central de debate entre autoridades, analistas y opinión pública. Desde que inició el año algunos se aventuraron a decir que el precio caería del promedio de 100 dólares que había gozado en los últimos tres años, a sólo 65 dólares.
Los pronósticos obligaron a los legisladores a cambiar la ley de ingresos del 2015 para reducir el precio estimado del barril de 82 a 78 dólares.
Esto parece quedarse corto, ya que los vaticinios pesimistas no sólo ya se cumplieron, sino que superaron las peores expectativas: ayer, la mezcla mexicana se cotizó en 62 dólares, y hay quienes se aventuran a decir que seguirá cayendo hasta ubicarse por debajo de los 40 dólares.
El fenómeno se explica por la conjugación de un incremento sustancial en la oferta y una baja cíclica de la demanda.
La revolución energética de Estados Unidos, caracterizada por el auge de proyectos de gas shale, ha incrementado la producción petrolera del país en un 60 por ciento en los últimos 6 años.
Martin Feldstein, profesor de economía en Harvard, considera que la aprobación de la reforma energética mexicana y el desarrollo de recursos no convencionales en Canadá han generado mayores expectativas de producción en el mercado.
Por otra parte, analistas esperan que el desarrollo de energías alternativas, el uso de motores que hagan más eficiente el uso de combustible y la creciente producción de autos eléctricos limitarán la demanda de petróleo en el largo plazo.
La decisión de la OPEP
El barril de petróleo Brent, utilizado para el precio internacional de referencia, cotizaba ayer en 72 dólares.
Esta nueva coyuntura de bajos precios obligó a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, el cártel de precios más grande del mundo, a cambiar el modo en el que abordan el mercado.
Durante la reunión de los 12 miembros de la OPEP en Viena el jueves pasado, se decidió que se mantendría el tope de producción de 30 millones de barriles diarios.
Es decir, que el grupo optó por dejar caer el precio para defender su participación de mercado ante la nueva ola de productores estadounidenses. El día del anuncio, el Brent se desplomó 6.7 por ciento.
Mike Wittner, jefe de Investigación Petrolera del banco Societe Generale, considera que la OPEP y su principal miembro, Arabia Saudita, han perdido la capacidad para determinar las condiciones de la oferta energética global.
La OPEP espera que la demanda de crudo se mantenga a la baja al menos hasta el 2017.
Analistas consideran que el precio de petróleo se ubicará en niveles alrededor de los 40 dólares en los siguientes años.
El gobierno de Venezuela estima que en el 2015 existirá una sobreproducción de 2 millones de barriles diarios, equivalente a la producción de cinco países de la OPEP.
Además, las proyecciones del cártel estiman que tendrán su nivel más bajo de participación de mercado en los últimos 25 años.
El grupo está apostando a que la baja de los precios dejará fuera del mercado a los productores de shale en Estados Unidos, quienes se enfrentan a altos costos de producción.
Esto, para que los precios eventualmente regresen a niveles encima de los 100 dólares y así retomar la capacidad de influir en el precio.
Leonid Fedun, vicepresidente de la petrolera rusa OAO Lukoil, equipara a la revolución shale con la burbuja bursátil de las punto com.
Argumenta que una vez que la OPEP “limpie” el mercado marginal de los estadounidenses, habrán desaparecido una gran cantidad de firmas que practican el fracking: “Los jugadores fuertes se quedan, los débiles se van”.
“¿Qué precio es suficientemente bajo para garantizar una baja en la producción de Estados Unidos?”, se pregunta un analista del banco noruego DNB ASA.
Al respecto, la Agencia Internacional de Energía (EIA) calcula que únicamente el 4 por ciento de los proyectos shale de Estados Unidos se verían forzados a cerrar en un escenario con precios debajo de los 80 dólares.
Además, reitera que los proyectos de la cuenca Bakken, uno de los yacimientos de shale más importantes de Estados Unidos, encuentran su punto de equilibrio promedio en los 42 dólares.
La OPEP espera a que el mercado se estabilice en el largo plazo. Señala que los cortes en la producción son únicamente soluciones cortoplacistas que dentro de cinco años los dejarían sentados en la misma situación en la que están actualmente.
Mientras tanto, Venezuela, Nigeria, Irán y Rusia (país no miembro) encaran fuertes dificultades económicas.
Estos países dependen en gran medida de sus ingresos petroleros y necesitan de altos precios en el mercado del crudo para estabilizar sus presupuestos fiscales.
MAYOR OFERTA
Boom energético
> La revolución de gas shale en Estados Unidos ha incrementado la producción petrolera del país un 60 por ciento desde el 2008. La Agencia Internacional de Energía estima que la producción del país crecerá en 1 millón de barriles diarios en el 2015.
Alza de tasas
> La mayoría de los analistas espera un alza de tasas en Estados Unidos para mediados del 2015. En un marco de precios a la baja, esto incentiva un incremento inmediato en la producción para obtener ganancias que puedan ser invertidas a mayores tasas.
MENOS DEMANDA
Debilidad de crecimiento
> La fragilidad económica de Europa y la pérdida de dinamismo de China, así como la sustitución de importaciones petroleras de Estados Unidos, limitan la demanda energética global.
Cambios tecnológicos
> El uso de energías alternativas al petróleo, la mejora en la eficiencia del uso de combustibles, así como el creciente desarrollo de autos eléctricos desincentivan la demanda petrolera en el largo plazo.
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