No hay respiro para la economía mundial. Luego de la crisis sanitaria por COVID-19 se sumó la guerra entre Rusia y Ucrania lo que ha generado un escenario ideal para el estancamiento y una prolongada inflación en todo el mundo, un fenómeno conocido como estanflación.
Al publicar su “Informe Económico Anual 2022”, el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), advierte que los bancos centrales deben minimizar el impacto en la actividad económica antes de que la inflación se afiance.
En 2021 la economía mundial se encontraba en plena expansión pese a que las expectativas de crecimiento en torno a Estados Unidos y China no se alcanzaron, sin embargo la expansión perdió impulso debido a las diversas limitaciones en las cadenas globales de suministro, la aparición de la variante Omicron del COVID-19, además del enfrentamiento armado entre Rusia y Ucrania.
Bajo este contexto, la inflación, que hasta hace unos meses se consideró transitoria debido al “aumento relativo de los precios de un pequeño número de artículos”, pronto resultó ser prolongada. En tanto que la respuesta de los bancos centrales al endurecer la política monetaria han generado episodios de volatilidad en los mercados financieros a medida que avanza el año, señala el reporte.
“La mezcla de inflación alta, precios de materias primas altos y volátiles, además de las tensiones geopolíticas significativas tienen un parecido incómodo con episodios pasados de estanflación mundial. Una perspectiva incierta en China refuerza los riesgos a la baja. A diferencia del pasado, la estanflación actual ocurriría junto con vulnerabilidades financieras más altas, incluidos precios de activos estirados y altos niveles de deuda, lo que podría magnificar cualquier desaceleración del crecimiento”, explica el BIS.
La estanflación se produce cuando conviven, al mismo tiempo, un estancamiento económico y un aumento de precios intenso, señala el portal de finanzas personales de BBVA.
En Estados Unidos, por ejemplo, en mayo de 2022 se alcanzó un incremento récord en los precios durante los últimos 40 años, al marcar una variación anual de 8.6 por ciento en el costo de los productos y servicios.
En el caso de México, en la primera mitad de junio el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró un avance anual de 7.88 por ciento y su variación mensual ascendió a 0.49 por ciento.
En materia de crecimiento económico, conforme avanza el año las expectativas de aumento del PIB mundial, de países con economías avanzadas y en desarrollo son cada vez menos alentadoras.
De acuerdo con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Producto Interno Bruto (PIB) global crecerá 3.6 por ciento para este año, una cifra que contrasta con el 4.4 por ciento pronosticado en enero de 2022. En tanto que para 2023 se espera también un crecimiento de 3.6 por ciento, que representa 0.2 por ciento menos a lo considerado hace apenas tres meses.