Premiando al dispendio
Tal y como esta sección publicó desde agosto, los estados que no han sido precavidos con sus finanzas tienen algo más en mente que un plan de austeridad para sanear sus finanzas: un rescate federal.
En un punto de acuerdo enviado el 15 de noviembre pasado a San Lázaro, el PRI solicitó al presidente la creación de un fondo de rescate a los estados.
Desde el 2000, la deuda estatal ha crecido la impresionante cifra de 7 mil 700 por ciento, o 53 por ciento mensual.
Eduardo FloresTal y como esta sección publicó desde agosto, los estados que no han sido precavidos con sus finanzas tienen algo más en mente que un plan de austeridad para sanear sus finanzas: un rescate federal.
En un punto de acuerdo enviado el 15 de noviembre pasado a San Lázaro, el PRI solicitó al presidente la creación de un fondo de rescate a los estados.
Desde el 2000, la deuda estatal ha crecido la impresionante cifra de 7 mil 700 por ciento, o 53 por ciento mensual.
Y lo que todavía parece más preocupante es que los estados con el incremento mayor han sido gobernados en su mayoría por el PRI, el mismo partido que ahora no encuentra otra solución más que un rescate federal.
La deuda de Veracruz, estado gobernado durante todo ese periodo por el mismo partido, ha incrementado más de 157 mil por ciento.
En términos relativos, Quintana Roo y Coahuila, también gobernados por el tricolor, son los que más deben al acumular pasivos por 10 y 13 mil pesos por persona, respectivamente.
Dado lo anterior, no resulta difícil comprender por qué es ese partido el que impulsa un rescate a nivel federal, con el fin de evitar quiebras en sus estados.
Pero de llevarlo a cabo, el gobierno federal crearía incentivos difíciles de contrarrestar en el largo plazo.
Resulta difícil imaginar un escenario en el cual el gobierno estatal tratase de limitar sus pasivos por encima de simplemente ser rescatados.
Además, un rescate a nivel federal sería, en más de una manera, más perjudicial para los estados más pobres del país.
Para rescatar a los estados, y mantener un déficit equilibrado a nivel federal, se tendrían que transferir fondos de los estados menos endeudados hacia los rescatados. Es decir, Tlaxcala, Guerrero, Querétaro y Tabasco tendrían que soportar la mayoría de los costos.
Y la particularidad de los estados menos endeudados es también que cuentan, en general, con menores niveles de ingreso.
Lo que el PRI propone prácticamente es cargar al erario de los que menos tienen los gastos que sus gobernadores ya no pueden revertir.