Los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México prevén que la inflación general y subyacente continúen al alza y lejos de su meta objetivo que es del orden de tres por ciento.
Ambos indicadores han sido afectados por las presiones inflacionarias globales y los cuellos de botella en la producción, se puede leer en la minuta de la última reunión de los integrantes de la Junta de Gobierno.
La inflación subyacente calcula el incremento de los precios que no están sujetos a decisiones de carácter administrativo, estacionalidad o alta volatilidad, esta ofrece mayor certidumbre al ser una mejor aproximación de cómo se comportarán los precios en el mediano plazo para facilitar planeación y toma de decisiones de consumo.
Durante su última reunión todos los miembros de la Junta de Gobierno, excepto Gerardo Esquivel, decidieron aumentar a la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 25 puntos base a un nivel de 4.75 por ciento.
En septiembre de este año el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en un nivel de seis por ciento en su variación anual, lo que representó su nivel más alto desde abril de 2021. Este incremento ocurre pese a que la actividad económica sigue por debajo de sus niveles prepandemia, que el empleo no se ha recuperado lo suficiente y que el crédito al sector privado continúa contrayéndose, destacó uno de los miembros de la junta.
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El documento subraya que la inflación general mensual ha estado por encima de las expectativas de los analistas consultados por Banxico y que en solo dos ocasiones la subyacente ha sido inferior a lo anticipado.
“La persistencia de altos niveles de inflación por un periodo prolongado puede contaminar el proceso de formación de precios y provocar el desanclaje de las expectativas”, detalla el documento.
Otro de los integrantes del banco central apuntó que México tiene una de las mayores inflaciones general y subyacente con relación a la meta de la inflación general de entre las economías emergentes. Además señaló que hay estimaciones que muestran que la dinámica inflacionaria reciente está siendo presionada por factores tanto de corto plazo como de mayor persistencia.
Los miembros de la junta coincidieron en que las expectativas de las inflaciones general y subyacente para 2021 y 2022 volvieron a incrementarse, mientras que las de mediano y largo plazos se han mantenido más estables, si bien estas últimas se ubican en niveles superiores a la meta.
