El comportamiento del índice de referencia de la Bolsa de Valores de Atenas, ATHEX, durante el mes de enero refleja la indecisión de los mercados sobre el futuro de Grecia.
De un día a otro se vieron variaciones negativas y positivas de entre -9.24 por ciento y 11.27 por ciento.
Esta montaña rusa de volatilidad se produjo como reacción al triunfo electoral y subsecuentes anuncios de política del gobierno del primer ministro Alexis Tsipras, respaldado por el partido de izquierda radical Syriza.
Las propuestas de Tsipras y su ministro de finanzas, Yanis Varoufakis, han resultado menos radicales que lo previsto, aunque siguen sin conseguir el apoyo de sus contrapartes en el resto de Europa.
Tampoco ayuda a la situación la línea dura que Tsipras y Varoufakis han tomado contra los términos ofrecidos por sus acreedores, sobre todo el trío de instituciones (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea) conocido como la troika.
Y aunque la política de Tsipras le ha ganado popularidad en Grecia, el país está cada vez más aislado del resto de Europa y cada vez más cerca de la fecha límite (28 de febrero) para alcanzar un acuerdo antes de que expire su actual programa de rescate.