El conflicto acerero se ha convertido en una guerra de ultimátums y declaraciones cruzadas. Las principales acereras que operan en el país, Altos Hornos de México, ArcelorMittal y Deacero presionan a la Secretaría de Economía, presidida por Ildefonso Guajardo, con amenazas de recortes a la producción y despidos masivos. En conjunto, han anunciado la terminación de 9 mil 800 empleos.
La Cámara Nacional del Acero pide una respuesta inmediata del Gobierno ante la llegada de acero extranjero, principalmente chino, a precios extremadamente bajos. Se alega que la competencia desleal está destruyendo a la industria nacional.
La Secretaría de Economía ya impuso cuotas compensatorias a las importaciones provenientes de Francia, Alemania y China. No obstante, el gremio acerero está desesperado por medidas que tengan un alcance inmediato y de mayor impacto.
Las firmas siderúrgicas que operan en el país exigen la imposición de un arancel temporal de 35 por ciento a todas las importaciones de acero que provengan de naciones que no cuenten con un tratado de libre comercio con México.
Asimismo, se demanda la homologación de las reglas de comercio exterior del país con las de sus principales socios comerciales. Esto tiene la finalidad de que los productores chinos no eludan las cuotas compensatorias mediante una triangulación en el proceso de importación.
El mercado global de acero presenta un exceso de oferta. La economía de China se encuentra en franca desaceleración, por lo que su producción acerera se vierte hacia el exterior. Además, Rusia, otro jugador importante en la industria del acero, sufrió una depreciación de 67 por ciento de su divisa frente al dólar en el último año, volviendo sus exportaciones más competitivas.
Desde Estados Unidos hasta Australia y Europa, las industrias nacionales del acero han sufrido despidos masivos.
Ventaja automotriz
Los productores de acero de China y Rusia no son los únicos beneficiarios de la actual coyuntura.
El sector automotriz de México ha tomado ventaja de la caída en el precio de uno de sus principales insumos.
Las armadoras mexicanas entraron al debate acerero como contrapeso a la presión de las firmas acereras. La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz argumenta que las demandas del sector siderúrgico son inaceptables para un modelo de economía abierta dado el impacto negativo que tendrían sobre la cadena de valor de otras industrias.
La confrontación entre la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz y la Cámara Nacional del Acero escaló a una batalla mediática. Ambos grupos han intercambiado acusaciones y refutaciones mediante desplegados, entrevistas y columnas de opinión.
El dilema de Guajardo
La Secretaría de Economía se encuentra en medio del conflicto acerero.
Por un lado, está la amenaza latente de una pérdida significativa de empleos y la caída en inversión por parte de las firmas siderúrgicas.
Altos Hornos de México declaró que si las condiciones actuales prevalecen, cambiarán su giro de negocio de productores a maquiladores, beneficiándose de las importaciones de acero baratas.
En cambio, al otro lado de la balanza está la defensa del sector emblema del modelo de desarrollo mexicano: apertura comercial para propiciar un crecimiento basado en las exportaciones.
México se ha convertido en el cuarto exportador global de automóviles. El sector externo es el único componente de la estancada economía nacional que presenta tasas de expansión significativas. Al interior de este sector, la industria automotriz presenta el mejor desempeño en términos de crecimiento.
En ese sentido, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz considera preocupante el hecho de que un par de empresas presionan al gobierno para tomar medidas unilaterales que ponen en riesgo la competitividad, miles de empleos y el crecimiento del sector automotriz y de otras industrias.
Hasta el momento, la deliberación de la Secretaría de Economía es conciliatoria: expandirá las cuotas compensatorias, dando “tiros de precisión” y no “tiros de escopeta”. Es decir, no impondrá un arancel generalizado que afecte a países que cumplan con requerimientos legales y a industrias beneficiadas de los bajos precios mundiales.
La dependencia asegura que no cederá a la presión, evidenciada en el anuncio de bloqueos y manifestaciones en calles y puentes de Monclova, Coahuila por parte del sindicato de Altos Hornos de México. En palabras de Guajardo: los justos no pagarán por los pecadores.