Ecuador se encontraba dudoso tras el descubrimiento de petróleo por debajo del Parque Nacional Yasuní, donde actualmente habitan diferentes grupos indígenas.
Esta reserva petrolera se estima en aproximadamente 900 millones de barriles de petróleo, lo que se traduce a unos 10 mil millones de dólares.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se puso en contacto con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, para poder crear un fondo fiduciario con la intención de que no se perfore y no afecte el ambiente ecológico.
Sin embargo, Ecuador cuenta con un índice de pobreza del 27 por ciento, y al no recibir la oferta deseada de aproximadamente la mitad de los ingresos que se esperan generar mediante la extracción del petróleo, se canceló el acuerdo.
Correa culpa a los donantes extranjeros por no ofrecer lo esperado, y se defiende con el hecho de que el proyecto de extracción tan solo afecta al 1 por ciento de las tierras del parque.
Sin embargo, la decisión de Ecuador se debe principalmente al aumento de la deuda a China, pues el gigante oriental le hizo un préstamo de 7 mil millones de dólares, por lo que el país sudamericano se vio comprometido a devolver parte de la deuda entregando el 75 por ciento del petróleo exportado.