Propósito del 2013: reducir subsidio de la gasolina
El gobierno entrante parece seguir con la filosofía de la administración anterior de reducir gradualmente el subsidio a la gasolina.
Es verdad que puede ser un costo político porque en la superficie parece una estrategia negativa, pero en el fondo es un avance en la materia.
La presidencia anunció el incremento de 11 centavos al precio de la gasolina, política que se llevará a cabo mensualmente gracias a un esfuerzo por reducir el subsidio a este producto.
Alberto Morales
El gobierno entrante parece seguir con la filosofía de la administración anterior de reducir gradualmente el subsidio a la gasolina.
Es verdad que puede ser un costo político porque en la superficie parece una estrategia negativa, pero en el fondo es un avance en la materia.
La presidencia anunció el incremento de 11 centavos al precio de la gasolina, política que se llevará a cabo mensualmente gracias a un esfuerzo por reducir el subsidio a este producto.
Con datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), en el 2012, el gobierno federal destinó un poco más de 206 mil millones de pesos al gasto fiscal de IEPS a combustibles, pero en este año el presupuesto para este concepto bajó a 48 mil 895 millones de pesos.
Como subraya el CIEP, este 77 por ciento de reducción equivale a un 1.1 en términos porcentuales del PIB.
En caso de que el incremento mensual de 11 centavos en el precio de las distintas gasolinas sí continúe de la misma manera, calculan que habría un incremento de 11.08 por ciento en la Magna, 10.54 por ciento en la Premium y 12.49 por ciento en el Diesel.
Los precios llegarían a 12.13, 12.69 y 12.49 pesos para la Magna, Premium y Diesel, respectivamente al finalizar el 2013.
¿Por qué reducir el subsidio?
Es común que se piense en el incremento del precio de la gasolina como algo negativo porque incide directamente en el bolsillo de los consumidores, sin embargo, analizándolo desde otra perspectiva podemos ver porqué mantener el precio de la gasolina bajo es perjudicial.
La naturaleza de este subsidio es regresiva, es decir, las personas con mayores ingresos se benefician más del precio bajo de la gasolina. Esto debido a que el mayor consumo se encuentra entre la gente con más dinero. La parte de la población más pobre está financiando este programa sin recibir casi ningún beneficio.
Para ilustrar esto basta señalar que el 20 por ciento de la población con mayores ingresos consume el 50 por ciento de la gasolina.
De hecho, el subsidio más regresivo es el agrícola, donde el 10 por ciento de la población más rica recibe casi todo el beneficio.
Después de reducir el subsidio, podría destinarse ese presupuesto a programas sociales que verdaderamente se enfoquen en reducir la pobreza y aumenten el bienestar de los más necesitados.
Por otro lado, podemos ver un intento de la Secretaría de Hacienda por mejorar el estado de las finanzas públicas. De manera ambiciosa, Hacienda pasó en su presupuesto un déficit fiscal en cero, lo que significa que el gasto público no puede superar la recaudación tributaria.
Reducir drásticamente este subsidio sería clave para poder lograr este objetivo. La reducción de gastos que no fomenten la reducción de la pobreza o la desigualdad es positiva en este sentido.
¿Inconvenientes?
Una de las principales preocupaciones que se enumeran como efecto de la reducción del subsidio es el aumento en la inflación. En teoría y en práctica esto no debería ser un problema.
Como dijo uno de los economistas más influyentes del siglo 20: “La inflación es siempre un fenómeno monetario”. Una de las conclusiones de esta frase de Milton Friedman es que la inflación no sería afectada por cambio en los precios relativos.
Es decir, si el dinero que se utilizaba para subsidiar la gasolina se queda en manos de los consumidores y se utiliza para el consumo de otros bienes, la base monetaria no aumenta y la inflación no tiene por qué escalar, a pesar del incremento en la gasolina.
Sin embargo, el mecanismo en la repartición de ingresos no es perfecto, por lo que se verá un mínimo aumento en la inflación, que estará lejos de ser alarmante. El CIEP subraya que el subsecretario de Hacienda, Miguel Messmacher, declaró que la inflación aumentaría solamente en un 0.01 por ciento.
Es difícil que la población vea como algo positivo el incremento en el precio de la gasolina, porque mentalmente se percibe como una reducción en el ingreso.
Pero si lo vemos como un aumento en el ingreso disponible debido a que habrá menor déficit fiscal, entonces estaremos mejor.
O en caso de que se destine el dinero para programas sociales, hace falta desarrollar una empatía para destinar los ingresos tributarios a las comunidades que más lo necesiten, pero más importante entender el por qué hacerlo de esta manera.