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La caída del precio del petróleo, la tendencia en declive de la producción de crudo y la depreciación del peso frente al dólar son algunos de los factores que han creado una tormenta perfecta para Pemex. A esto se le debe agregar la apertura a la competencia del sector energético mexicano, la carga impositiva onerosa y un pasivo laboral de 1.49 billones de pesos.
A pesar de que los problemas estructurales de Pemex son de antaño, el reciente entorno financiero complica la posición de la firma petrolera mexicana.
Los resultados del primer trimestre de 2015 reflejan el efecto de este escenario adverso. La firma registró una pérdida superior a los 100 mil millones de pesos, lo que significa 180 por ciento más que en el mismo periodo del 2014.
Además, la caída interanual de 31.3 por ciento en las ventas totales mermó los ingresos de Pemex.
Mientras surgen dudas sobre la capacidad de Pemex para competir, el Gobierno Federal sigue dependiendo de manera significativa de la actividad petrolera ya que un tercio del presupuesto se financia con los ingresos de crudo.
El golpe del dólar
La caída de más de 17 por ciento que el peso ha sufrido contra el dólar en el último año ha tenido múltiples consecuencias negativas para Pemex.
En su reporte de resultados correspondiente al primer trimestre del 2015, la empresa indica que sus pérdidas netas se incrementaron en 64.6 mil millones de pesos (mmdp), en comparación con el mismo periodo del 2014.
Dentro de este cambio, 35.1 mmdp corresponden a un incremento en los costos por derivados financieros asociados a la apreciación del dólar y a pérdidas cambiarias debido al debilitamiento del peso.
Además, dado que más del 75 por ciento de la deuda de Pemex está contratada en dólares, la apreciación de la moneda estadounidense vuelve más pesado el pagar estas obligaciones para la empresa.
Impuestos: debilidad competitiva
Pemex estrenó un nuevo régimen fiscal con la reforma energética y pagó cerca de 103 mil millones de pesos en impuestos en el primer trimestre de este año, 51 por ciento menos que en el mismo periodo del 2014.
Con el fin de volver a Pemex más competitivo, la reforma energética busca orientar el régimen fiscal de la petrolera hacia un modelo parecido al resto de las empresas del sector.
Sin embargo, el peso de los impuestos aún es señalado por analistas como una debilidad competitiva para la firma.
Esta carga representa cerca del 36 por ciento de sus ventas totales y excedió los 48 mil millones de pesos registrados como utilidad operativa en el trimestre.
Recorte presupuestal
El impacto que recibieron las arcas públicas con la caída del petróleo obligó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a reducir gastos gubernamentales.
El monto total del recorte superó los 124 mil millones de pesos y Pemex se llevó la peor parte, ya que su presupuesto se redujo en aproximadamente 62 mil millones de pesos.
Este dinero estaba destinado a actividades de exploración y producción que buscan revertir la caída de producción.
En ese sentido, la caída del precio del barril crea un ciclo vicioso para Pemex del cual no tiene manera de salir por falta de recursos.
Producción estancada
Además de recibir menos ingresos por la caída en los precios petroleros, el declive en producción de crudo de Pemex también le resta ganancias.
Entre su pico histórico de 3.383 millones de barriles diarios (MMbd), alcanzado en 2004, hasta el nivel registrado en 2014, de 2.429 MMbd, hay una diferencia de más de 20 por ciento.
Tan solo en el primer trimestre del 2015 se vio una caída de 7.7 por ciento en la producción, en comparación con el mismo periodo del año pasado. Esto principalmente debido a descensos en la extracción de crudo pesado y de crudo superligero, que en conjunto representan más del 60 por ciento de la producción petrolera de Pemex.
Dependencia petrolera
El presupuesto del gobierno federal continúa siendo fuertemente dependiente de sus ingresos petroleros. Para este año, el presupuesto aprobado contempla que el 30 por ciento de los ingresos presupuestarios, equivalentes a 6.6 por ciento del PIB, dependerán de la actividad petrolera.
Para el 2016 el panorama es menos alentador debido a que la Secretaría de Hacienda espera una caída de 23 por ciento de los ingresos petroleros.
Analistas esperan que las condiciones del régimen fiscal de Pemex continúen siendo rígidas.
En relación al 2014, a pesar de haber pagado menos impuestos totales este año, éstos significaron una mayor proporción de la utilidad operativa.
Cruda caída
Al igual que otras empresas energéticas, Pemex se ha visto afectada por la caída en los precios petroleros, que implica menores ingresos por cada barril de crudo vendido.
Siguiendo la tendencia del Brent (de referencia internacional) y del West Texas Intermediate (de referencia estadounidense), el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación cayó más de 44 por ciento entre finales de junio del año pasado y el cierre de abril de este año.
Y a pesar de que los precios han mostrado un ligero repunte en las últimas semanas, siguen distando mucho de los niveles promedio vistos en los últimos años, y no se prevé que se levanten hasta por lo menos el cierre del 2015.
Nómina a contracorriente
El desplome de los precios del petróleo es un fenómeno global que ha afectado a todas las empresas petroleras.
Una de las medidas de contingencia que toman las compañías ante una inevitable reducción de ingresos, es el recorte de personal. De acuerdo con cálculos de diferentes consultoras, se han registrado alrededor de 100 mil despidos en la industria energética desde mediados del año pasado.
Sin embargo, Pemex no ha sido capaz de sumarse a esta tendencia. Funcionarios de la empresa afirman que se realizarán recortes a gran escala para enfrentar la nueva coyuntura del mercado, pero esto no se ha traducido en acciones.