Reflejo brasileño

Petrobras, la firma energética estatal de Brasil, es un microcosmos de la inestabilidad política y económica del país sudamericano.

En el último reporte de perspectivas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), se argumenta explícitamente que el escenario de corrupción que enfrenta Petrobras es un factor que ha contribuido a mermar la confianza de los inversionistas en la segunda economía emergente más grande del globo.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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Petrobras, la firma energética estatal de Brasil, es un microcosmos de la inestabilidad política y económica del país sudamericano.

En el último reporte de perspectivas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), se argumenta explícitamente que el escenario de corrupción que enfrenta Petrobras es un factor que ha contribuido a mermar la confianza de los inversionistas en la segunda economía emergente más grande del globo.

Esta semana se hicieron públicos los reportes financieros auditados de Petrobras donde se reconoce que se han destinado alrededor de 2.1 mil millones de dólares en pagos de sobornos. Los costos totales derivados de la corrupción y de activos sobrevaluados alcanza los 17 mil millones de dólares.

Las presiones políticas a las que Petrobras se ha enfrentado sistemáticamente se han intensificado desde el arribo de la izquierda al poder en Brasil, apunta el diario Financial Times.

Por ejemplo, la administración de la presidente Dilma Rousseff obligó a Petrobras a importar petróleo, registrando pérdidas  con el fin de mantener bajos los precios de la gasolina.

Además, Petrobras enfrenta un entorno complicado de bajos precios de los energéticos, producción decreciente y poca liquidez para operar sus costosos activos de mayor potencial: los campos petroleros de “pre-sal”.

La nueva administración de Petrobras canceló todos los dividendos de este año para ahorrar recursos. La compañía, la más endeudada del planeta, planea vender 14 mil millones de dólares en activos.

Se acaba el carnaval

Desde la erupción de lo que la revista The Economist llama a Patrobras el peor escándalo de corrupción en la historia de Brasil ya que los fundamentos macroeconómicos del país se han deteriorado.   

El FMI señala en su reporte de perspectivas económicas  de abril del 2015 que el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil creció apenas 0.1 por ciento en 2014. El instituto espera que la economía brasileña se contraiga uno por ciento este año. Este pronóstico fue recortado 2.5 puntos porcentuales respecto al último reporte publicado en octubre.

Además, se espera que la inflación registrada para 2015 sea de 7.8 por ciento. 

El fin del boom de las materias primas  y la pérdida de confianza han dejado un déficit de recursos presupuestarios que son cubiertos con deuda, dejando al país en una situación frágil frente a la actual volatilidad financiera.

El déficit presupuestario se duplicó en 2014 respecto al 2013, alcanzando un nivel de 6.7 por ciento del PIB. Por si fuera poco, la relación de la deuda pública respecto al PIB se mantiene en niveles cercanos al 60 por ciento.   

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