Paso a paso

Paul Simons, vicedirector ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), reconoce a la reforma energética de México como “la mayor transformación de un sistema nacional de energía a nivel global en mucho tiempo”.

Las palabras de Simons, pronunciadas a inicios de este mes en la presentación de un reporte de la IEA sobre el sector energético mexicano, hacen eco a la expectativa y al interés que la reforma petrolera atrajo hacia México en el inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto. 

2,000
millones de dólares es el monto aproximado que se ha invertido en el país a raíz de la reforma energética
El plan quinquenal de hidrocarburos de esta dependencia contempla una licitación de campos shale para diciembre de 2017
Paul Simons, vicedirector ejecutivo de IEA, afirma que la reforma energética de México es ‘la mayor transformación de un sistema de energía a nivel global en mucho tiempo’

Paul Simons, vicedirector ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), reconoce a la reforma energética de México como “la mayor transformación de un sistema nacional de energía a nivel global en mucho tiempo”.

Las palabras de Simons, pronunciadas a inicios de este mes en la presentación de un reporte de la IEA sobre el sector energético mexicano, hacen eco a la expectativa y al interés que la reforma petrolera atrajo hacia México en el inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto. 

Sin embargo, el documento de la IEA advierte que el mayor reto que enfrenta la reforma energética es su implementación.  En México, el consenso de analistas argumenta que si el gobierno que asumirá el poder en 2018 busca desmantelar esta reforma, no necesitará negociar con el Congreso su derogación legal. Sólo bastaría con interrumpir los esfuerzos de implementación para revertir uno de los cambios constitucionales más significativos en décadas

Andrés Manuel López Obrador, el candidato de facto que lidera prácticamente todas las encuestas de cara a la elección presidencial de 2018, promete someter a referéndum las reformas estructurales emprendidas en esta administración, particularmente la energética.

Esto ha abierto la puerta a una guerra de narrativas en torno a la reforma energética, cuyos resultados se consolidarán en el largo plazo. Esta discusión trasciende su dimensión política. Actores de la industria energética global han recurrido a expresiones de escepticismo sobre el futuro de la apertura petrolera mexicana

En octubre del año pasado, Andrews Kurth, un despacho de abogados de Houston, que se especializa en fusiones y adquisiciones del sector energético, presentó un breve informe sobre el estado de la reforma energética mexicana. Uno de los apartados del documento, publicado antes de la licitación de aguas profundas (Ronda 1.4), se tituló “Bien hecho, now what?” (Bien hecho, ¿ahora qué?).

Andrews Kurth sostenía que el escenario adverso que enfrentaba la industria, la incertidumbre que prevalecía sobre las reglas específicas de la asociaciones estratégicas de Pemex, así como el hecho de que la reforma aún no contemplaba licitaciones de gas y petróleo shale ponían en entredicho el futuro de la apertura petrolera.

Reforma en acción

La implementación de la reforma ha logrado disipar parte de este escepticismo. La Ronda 1.4 de aguas profundas, considerada como la joya de la corona de la apertura energética, asignó ocho de los 10 campos licitados. De acuerdo a la Secretaría de Energía, esto se verá reflejado en una inversión de al menos 34 mil millones de dólares, cinco veces más que lo que se invertirá de manera conjunta en los campos adjudicados en las primeras tres fases de la Ronda Uno.

Además, Pemex logró consolidar su primera asociación estratégica en un campo de aguas profundas con la formación de un consorcio de exploración y producción con Chevron e Inpex.

José Antonio González Anaya, director de Pemex, insiste en prácticamente todas sus intervenciones públicas en que la reforma energética es el mayor activo de la compañía. El 3 de marzo, Pemex firmó un contrato de farmout con BHP Billiton para ceder parte de sus derechos en el campo Trión.

El éxito de Eni

Esto no sólo ayuda a paliar el grave problema de liquidez de la firma, sino que le ofrece una participación viable en un proyecto que explotará un yacimiento con reservas probadas, probables y posibles equivalentes a 485 millones de barriles de petróleo.

Uno de los principales objetivos de la reforma energética es el de revertir el declive de la producción petrolera de México, que pasó de un máximo de 3.4 millones de barriles diarios de petróleo en 2004 a un nivel actual que ronda los 2.1 millones de barriles de crudo diarios.

La semana pasada, la firma italiana Eni se convirtió en la primer empresa extranjera en perforar exitosamente un campo petrolero mexicano en más de 70 años. La compañía anunció que encontró un volumen significativo de petróleo, superior a lo que era esperado.

La Secretaría de Energía emitió un comunicado en el que afirmó que “este descubrimiento ha superado satisfactoriamente las expectativas originales”. El Estado obtendrá el 83.75 por ciento de las utilidades derivadas de la explotación del campo Amoca-2, que ya había sido explorado previamente por Pemex.

Se estima que esta área, licitada en la Ronda 1.2, representa el descubrimiento potencial de 107 millones de barriles de petróleo.

Para la Secretaría de Energía, el éxito de Eni es la muestra evidente  de que la apertura petrolera está en marcha:  hay 19 empresas operando bajo el marco de la nueva reforma energética y se han invertido alrededor de dos mil millones de dólares en el país.

El plan quinquenal de hidrocarburos de esta dependencia contempla una licitación de campos shale para diciembre de 2017. De acuerdo al Departamento de Energía de Estados Unidos, México es el sexto país con mayores reservas de petróleo shale en el mundo.

Este proceso licitatorio pretende emular el éxito estadounidense de una industria que ha sido referida como “la nueva Arabia Saudita”. Scott Sheffield, fundador de Pioneer Resources, proyecta que, tan sólo en la cuenca Permian de Texas, la producción de petróleo shale se encontrará en el rango de entre ocho y 10 millones de barriles de petróleo diarios.

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