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Reforma pierde energía

En comparación con el entusiasmo que se veía en vísperas de su aprobación y promulgación, la reforma energética mexicana parece estar perdiendo su brillo.

La Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) dieron a conocer ayer que la tercera fase de licitación de la ronda uno de la reforma incluiría 26 áreas contractuales. Esto a tan sólo una semana de haber dicho que esta fase comprendería 29 áreas contractuales.

50
empresas las inscripciones registradas hasta el momento por parte de empresas energéticas en las primeras dos fases de licitación de la ronda uno
"Comprar acceso al cuarto de datos no necesariamente indica un interés serio (por parte de las empresas energéticas)"
Tim SamplesProfesor de la Universidad
de Georgia
https://www.youtube.com/watch?v=-lOkWWbRByU

En comparación con el entusiasmo que se veía en vísperas de su aprobación y promulgación, la reforma energética mexicana parece estar perdiendo su brillo.

La Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) dieron a conocer ayer que la tercera fase de licitación de la ronda uno de la reforma incluiría 26 áreas contractuales. Esto a tan sólo una semana de haber dicho que esta fase comprendería 29 áreas contractuales.

La reducción en el tamaño de la oferta podría estar intentando adelantarse a un menor nivel de interés por parte de las empresas energéticas, que se han visto golpeadas en los últimos meses por la caída de casi 50 por ciento que los precios petroleros han experimentado desde junio del año pasado.

Ante un escenario con precios significativamente menores a los niveles promedio de por encima de 100 dólares por barril vistos en los últimos cinco años, empresas energéticas como Chevron y BP han tenido que recortar severamente sus presupuestos de exploración y producción.

En el corto y mediano plazo esto lastima las probabilidades de que las inversiones energéticas logren dar el impulso que México tanto necesita en su crecimiento económico, que ha resultado decepcionante en los últimos dos años.

Con tal de aminorar este impacto negativo, el Gobierno ha cambiado algunos de los términos las licitaciones para mantener los proyectos atractivos para las empresas. Pero en la opinión de algunos expertos, aún esto podría ser insuficiente.

De interés a inversión

En entrevista con el diario The Wall Street Journal, el presidente de la CNH, Juan Carlos Zepeda, reciente calificó los avances de la ronda uno como “muy gratificantes” al considerar el actual escenario de precios.

Un total  de 34 empresas energéticas se han inscrito en la primera fase de licitación de la ronda uno, mientras que 16 ya forman parte de la segunda fase de licitación.

Estas empresas han tenido que pagar 5 millones 300 mil pesos para tener acceso al cuarto de datos que contiene la información de la ronda uno, además de pagar 280 mil pesos adicionales para inscribirse formalmente a las licitaciones.

Pero Tim Samples, profesor de la Universidad de Georgia especialista en derecho energético mexicano, advierte que “comprar acceso al cuarto de datos no necesariamente indica interés serio. Las empresas pueden comprar acceso, o incluso presentar ofertas en algunos casos, por una variedad de razones”.

Samples agrega que “el verdadero momento de ‘pescar, cortar el anzuelo o volver a la orilla’ está acercándose rápidamente”, ya que las empresas tendrán que presentar sus propuestas económicas para las áreas licitadas a mediados de este año.

Aunque el potencial a largo plazo del sector energético mexicano no está en duda, la preocupación de los expertos refleja el extraordinario y difícil escenario que se ha vivido en los últimos meses, y su probable continuación en lo que resta del año. 

Y es que aún quienes ven un levantamiento en los precios petroleros durante los próximos meses no vaticinan una vuelta a la bonanza de los barriles cotizados a más de 100 dólares.

Problema de precio

La industria petrolera del mundo enfrenta una nueva realidad que ha cambiado por completo sus planes a futuros.

Desde mediados del año pasado, el precio del barril de petróleo sufrió una fuerte caída pasando de valores que rondaban los 100 dólares, hasta llegar a los 40 dólares a principios del año.

Este fenómeno fue producto de dos factores principales. Por un lado, la revolución energética de Estados Unidos, impulsada por yacimientos de gas shale, inundó el mercado de petróleo.

Tradicionalmente, este incremento de oferta hubiera sido respondido con una disminución en la producción por parte de los países miembros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). Sin embargo, Arabia Saudita, líder del grupo, decidió mantener sus niveles actuales y sufrir el impacto de bajos precios.

La estrategia de los sauditas, que hasta el momento ha dado resultado, ha sido combatir los yacimientos shale, los cuales suelen tener mayores costos de producción, con menores precios.

A pesar de que en la primera parte del año los precios llegaron a niveles muy bajos, ahora la tendencia va a la alza y se espera que se estabilicen alrededor de 60 dólares para el cierre del 2015.

Este nivel está muy por debajo de lo que había disfrutado el país en años anteriores, por lo que sin dudas ocasionará ajustes al gasto público y presupuesto de Pemex. Asimismo, los planes de la Empresa productiva del Estado a raíz de la reforma energética tendrán un efecto más limitado al esperado, ya que los inversionistas esperarán a un mayor incremento en el precio para actuar.

La oferta de la reforma

Los 169 campos que contempla la ronda uno de la reforma, de los cuales 49 ya fueron ofertados en las primeras tres fases de licitación, están localizados en siete Estados

 

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