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Para la economía peruana, la minería representa una parte muy importante de su producción, aproximadamente el 12 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) y el 23 por ciento de sus ingresos tributarios.
La producción del sector ha aumentado casi tres veces en los últimos 20 años, y ahora representa más del 60 por ciento de los ingresos por exportaciones del país.
Gracias a esto, la economía de Perú casi dobló su tamaño entre el 2002 y el 2012, creciendo a un ritmo promedio de 6.3 por ciento al año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, este ritmo de crecimiento comenzó a descender en el 2010, y las regulaciones en el sector minero ahora amenazan con frenar aún más la economía peruana.
Cuando Ollanta Humala llegó a la presidencia de Perú, muchos sospechaban que el exlíder militar seguiría los pasos de su homólogo Hugo Chávez en Venezuela, otorgando un mayor rol en la economía al gobierno con el fin de ayudar a la población sumida en pobreza de su país. Parte de esta postura involucró mantener regulaciones que requerían que los proyectos mineros que se planeen desarrollar en locaciones con poblaciones indígenas tengan que consultar con los habitantes de la zona antes de comenzar a explotar recursos minerales.
En otras palabras, cada que una empresa minera busca ingresa a explorar o explotar recursos en el territorio de una comunidad rural, debe contar con la aprobación de dos tercios de los habitantes de la zona.
Sin embargo, si la comunidad es considerada un pueblo indígena, la regulación señala que además debe realizarse una consulta previa en la que se informe sobre el impacto ambiental de la explotación.
Muchas comunidades temen que la minería contaminará su entorno, o que utilizará las de por sí escasas reservas de agua para sus actividades.
Sin embargo, a dos años de iniciado su mandato, Humala ha dado un giro y sorprendido a los peruanos y a los analistas internacionales, gobernando más desde el centro y la derecha que desde la izquierda que impulsó su candidatura.
El contraste entre el Humala de antes y el Humala de ahora amenaza con descarrilar una serie de inversiones mineras que podrían inyectar hasta 50 mil millones de dólares a la economía peruana.
La controversia surge a partir de una serie de proyectos mineros propuestos que explotarían recursos localizados en el territorio ocupado por comunidades indígenas que habitan en Los Andes.
La ley de consulta previa no le da a las comunidades la capacidad de vetar proyectos extractivos, pero sí estipula que las compañías mineras tienen que negociar las características del proyecto con las comunidades.
Los mineros ahora argumentan que la ley podría frenar por un largo tiempo la aprobación de nuevos proyectos mineros dedicados a explotar minerales como cobre, oro, y plomo, entre otros recursos.
De un lado de la discusión, el ministro de Energía y Minería, Jorge Merino, ha buscado excluir ciertas zonas de la cobertura de la ley para lograr mantener las inversiones mineras.
Por el otro, la medida ha sido protestada no solo por las propias comunidades, sino también por parte de otros miembros del gabinete de Humala.
En mayo de este año, el viceministro de Interculturalidad, Iván Lanegra, renunció debido a su desacuerdo con las políticas del Ministerio de Energía y Minería (MEM).
La discusión se ha vertido a las calles, donde los mismos sectores que colocaron a Humala en el poder ahora protestan contra su gobierno, quejándose de la aplicación arbitraria de la ley y de la corrupción en la clase política peruana.
¿Comunidades indígenas?
Durante el año pasado, el ministro de Energía y Minería de Perú solicitó información acerca de la existencia de pueblos indígenas para la creación de 32 nuevo proyectos mineros.
Derivado de esta solicitud, el Ministerio de Cultura identificó que, de los proyectos planteados, 14 estaban ubicados en comunidades indígenas, por lo que la ley exige una consulta previa con la población para llevar a cabo los desarrollos mineros.
Dentro de los territorios disputados se encuentran las comunidades aimaras y quechuas de Apurímac, Áncash, Lambayeque, Huánuco, Ayacucho y El Cusco.
Por su parte, el presidente Humala ha cuestionado abiertamente la existencia de pueblos indígenas en los Andes dentro del territorio de los proyectos mineros. El problema radica en definir lo que es y no es una comunidad indígena.
Por un lado, hay quienes consideran que las comunidades de habla quechua andino deben ser consideradas como indígenas porque tienen un lenguaje y cultura únicos.
Sin embargo, existe la postura de quienes piensan que el quechua no debe ser considerado como “índigena” bajo la ley porque son pueblos que se mezclaron con colonizadores españoles hace siglos.
Por su parte, activistas quechuas se consideran a sí mismos como indígenas.
Para dar una dimensión del problema, se estima que la lengua quechua es hablado aproximadamente entre 3 y 5 millones de personas en Perú. Es la lengua más extendida entre los grupos indígenas del país.
Panorama alentador
Aunque en febrero pasado el sector de minería e hidrocarburos decreció en 1.71 por ciento y la actividad minero metálica decreció en 3.19 por ciento, esto fue atenuado por el aumento en la extracción de hidrocarburos en 4.73 por ciento, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática de Perú (INEI).
El sector de minería va mejorando, pues en junio aumentó un 5.97 por ciento. El subsector de minería metálica subió en 6.10 por ciento, siendo esta cifra la más alta de lo que va del año.
“El avance del sector minería metálica se dio por la mayor producción de molibdeno, zinc, cobre, plata, plomo y disminuyó la producción de estaño, hierro y oro”, afirma la INEI en su reporte mensual de junio 2013.
Desglosando este avance, al subir el subsector de minería metálica en 6.10 por ciento, impulsa el crecimiento en la producción de molibdeno en 15.5 por ciento, de cobre en 12 por ciento, la plata en 8 por ciento, el plomo en 6.6 por ciento, y en zinc incrementando en 11.6 por ciento. Por otro lado, se vio afectada negativamente al disminuir en la extracción de estaño en 17 por ciento y en oro por 2.20 por ciento.
Por lo pronto, todo indica que el sector minero de Perú tiene gran capacidad para ser explotado.
La presidenta de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Eva Arias de Sologuren, afirmó que debido a los proyectos en construcción y las fuertes oportunidades, para el 2013 la inversión en el sector minero en Perú llegaría a los 8 mil millones de dólares, y aumentará a 10 mil millones para el 2014.