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Las remesas mexicanas iniciaron el 2015 con el pie izquierdo, ya que durante enero vieron una caída mensual de 27 por ciento y un declive interanual de casi 0.7 por ciento.
Esto representa su peor desempeño mensual desde noviembre del 2008, cuando en plena crisis financiera se vio una caída mensual de casi 33.6 por ciento y un declive interanual de más de 10.5 por ciento.
El desliz de las remesas resulta aún más sorprendente al considerar que éstas se habían mantenido estables después de la fuerte caída asociada a la crisis del 2008 y que el año pasado crecieron casi 9.5 por ciento después de dos años consecutivos de declives.
Además, con Estados Unidos (que recibe más del 98 por ciento de los emigrantes mexicanos) continuando su recuperación económica se esperaría que esto impulsara las remesas, ya sea mediante un mayor total de ingresos o mediante un mayor número de migrantes enviando remesas.
Lo primero se daría debido a un aumento en los ingresos recibidos por los migrantes mexicanos que ya se encuentran en el extranjero, mientras que lo segundo se daría al aumentar el número de migrantes mexicanos en el extranjero debido a un interés reavivado.
Contra la tendencia
El desempeño de las remesas durante el 2014 contrasta con el del inicio del 2015, ya que además de crecer casi 9.5 por ciento durante el año pasado éstas vivieron su mejor diciembre de los últimos siete años, con un aumento mensual de más de 25.8 por ciento y una variación interanual de más de 20.8 por ciento.
De hecho, México cerró el 2014 con el mayor volumen de remesas en América Latina y el Caribe, tanto en términos absolutos como relativos. El monto de 23 mil 607 millones de dólares enviado el año pasado por los migrantes mexicanos representó más de un tercio de los ingresos de remesas en la región.
El centro de investigación Diálogo Interamericano señala que el aumento en las remesas, que en promedio consisten en envíos de 292 dólares por familia, según datos del Banco de México, se debió a factores como el incremento en el flujo de migrantes mexicanos a Estados Unidos, la mejora en la situación laboral estadounidense, y a mayores frecuencias y montos en los envíos.
Más costosas
Uno de los más grandes retos que enfrentan las remesas es el aumento del costo de su envío.
Desde la crisis financiera del 2008, los principales bancos del mundo se han enfrentado a escándalos de corrupción y administración negligente. Las investigaciones por parte de las autoridades terminaron en multas por miles de millones de dólares.
Tanto por mandato de nuevas leyes como por medidas precautorias, los bancos han implementado nuevos métodos de control que requieren mayores recursos humanos y tiempo, lo que inevitablemente aumenta el costo de sus servicios.
Las remeses es uno de esos rubros afectados. Bancos como JPMorgan Chase y Bank of America eliminaron por completo sus servicios de envío de remesas de bajo costo cuyo principal mercado eran los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.
De manera similar, existen indicios de que BBVA Bancomer busca deshacerse de su rama encargada de las remesas, mientras que Banamex de Citigroup ha cancelado este tipo de operaciones en Texas, California y Arizona.
Los datos disponibles hasta el momento indican que el costo de enviar remesas subió del 6.8 por ciento del monto enviado a principios del 2011, a 7.5 por ciento a mediados del 2013.