Los detalles del TLCAN

Tanto México como Estados Unidos han iniciado su proceso de consulta pública con los sectores económicos. Destacan tres temas bilaterales: una mayor integración energética, como lo evidenció recientemente el secretario de Energía, Rick Perry; el mantenimiento del status quo en el sector automotriz, el corazón de la renegociación; así como cambios al régimen laboral mexicano que exige el Partido Demócrata en el Congreso. A poco más de un mes de que inicie formalmente la renegociación del tratado, cada una de las partes afina su posicionamiento.

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Automóviles exportó México a Estados Unidos en los primeros cinco meses de 2017
Los representantes Sander Levin y Bill Pascrell, miembros de la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara Baja propusieron que sea una prioridad en el TLCAN lograr mejores derechos laborales en México
Para Rick Perry, secretario de Energía estadounidense, será una oportunidad renovar el pacto comercial vigente desde hace más de 23 años porque permitirá reforzar los lazos de energía
“Las buenas preguntas logran respuestas fácilmente”
Paul Samuelson Economista estadounidense

Tanto México como Estados Unidos han iniciado su proceso de consulta pública con los sectores económicos. Destacan tres temas bilaterales: una mayor integración energética, como lo evidenció recientemente el secretario de Energía, Rick Perry; el mantenimiento del status quo en el sector automotriz, el corazón de la renegociación; así como cambios al régimen laboral mexicano que exige el Partido Demócrata en el Congreso. A poco más de un mes de que inicie formalmente la renegociación del tratado, cada una de las partes afina su posicionamiento.

Integración energética

El secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry, usó un tono conciliador en relación a la próxima negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) al señalar que “esa relación no creo que haya sido más importante de lo que es ahora, particularmente desde una perspectiva energética”.

“La energía va a jugar un papel importante”, declaró a reporteros en la Casa Blanca, lo cual contrasta con las críticas del presidente Donald Trump de cara a la renegociación del acuerdo trilateral, con el que pretende “un trato justo” en el déficit comercial que tiene con México de alrededor de 61 mil millones de dólares, al cierre del año pasado.

Para el secretario de Energía estadounidense será una oportunidad renovar el pacto comercial vigente desde hace más de 23 años, porque permitirá reforzar los lazos de energía, en vez de generar nuevas barreras al intercambio comercial.

También se refirió a los estrechos vínculos con sus homólogos en Canadá y México, que será determinante para alcanzar un pacto energético, en las conversiones del acuerdo comercial que arrancarán el 16 de agosto.

En el marco de la “semana de la energía” de la Casa Blanca, precisó que Estados Unidos tiene una ventana única para desarrollar una “estrategia energética en América del Norte”, con Canadá y México como aliados; en tanto Trump promueve acciones para reducir la regulación sobre los productores de energía y para impulsar las exportaciones.

Los comentarios de Perry se dieron a unos días de la publicación de las estadísticas semanales de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), que arrojó una caída en la producción petrolera de Estados Unidos, desde 9.35 hasta 9.25 millones de barriles al día.

Sector automotriz: corazón del TLCAN

La próxima renegociación del TLCAN podría tocar las reglas de origen, lo cual sería una amenaza real a la competitividad de la industria automotriz mexicana.

 Lo anterior porque se anticipa que la administración de Trump busque introducir medidas de corte proteccionista, en particular para el sector automotriz. Aunque todavía no hay elementos suficientes para saber cuáles serán los objetivos ni medidas específicas que buscará renovar Estados Unidos, lo cierto es que hay diversas señales que hacen suponer que habrá modificaciones a las reglas de origen.

Ante ese supuesto, los estrategas de Citibanamex revisaron el posible impacto para la industria automotriz mexicana asociado a reglas de origen más estrictas.

El sector automotor de México se ha convertido en la joya de la corona dentro de la plataforma del TLCAN, porque ha permitido la presencia de las armadoras más importantes en el mercado nacional, con el propósito de exportar su producción a Estados Unidos.

Las exportaciones automotrices a Estados Unidos representaron el 77.1 por ciento del total de las ventas al exterior de esta industria, en los primeros cinco meses del año.

De enero a mayo de 2017, México exportó 947 mil 522 automóviles a Estados Unidos, lo que representó un crecimiento de 15.5 por ciento en comparación al mismo periodo de 2016.

El reporte de Citibanamex anticipó un impacto negativo para la competitividad de la industria automotriz terminal asociado a un incremento en costos de producción. Además, de un daño en flujos comerciales (menos importaciones de autopartes de otros destinos no-norteamericanos y más importaciones estadounidenses).

Se estima que el 99 por ciento del comercio de vehículos se hace bajo las reglas del TLCAN, lo que refleja lo sensible que es el sector, ante un posible incremento en costos que pudiera derivarse de la renegociación del pacto comercial.

Por otro lado, la industria de autopartes presenta un impacto ambiguo, ya que por un lado, se elevan sus propios costos de producción y por otro, se beneficia de una mayor demanda.

“A largo plazo, esperamos una reasignación de capital hacia la región, incentivada por el acceso a un mercado norteamericano más protegido”, precisó el reporte.

Demanda laboral

Las audiencias públicas en Estados Unidos para la renegociación del TLCAN iniciaron con la postura de algunos representantes del Partido Demócrata en el Congreso, de buscar leyes laborales más firmes en México.

Los representantes Sander Levin y Bill Pascrell, miembros de la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara Baja propusieron que sea una prioridad en el TLCAN lograr mejores derechos laborales en México, de acuerdo a Reuters.

“Los sueldos en Estados Unidos son llevados a la baja por los menores salarios en México”, advirtió Levin en el encuentro en Washington.

Al respecto dijo que un salario de unos dos dólares por hora para trabajadores mexicanos del sector automotriz contrasta con los 28 dólares que se pagan en Estados Unidos.

Por eso, el TLCAN debe ser actualizado para garantizar que los trabajadores mexicanos tengan un derecho real a la negociación colectiva, en lugar del actual sistema de conciliación laboral y paneles de arbitraje. 

Las opiniones de los congresistas coinciden con las críticas de Donald Trump al TLCAN al señalar que las empresas instalan sus fábricas en México por los bajos salarios, lo que quita empleos al sector manufacturero estadounidense.

Lo cierto es que el TLCAN negociado en la década de los 90 por Estados Unidos, Canadá y México carece de disposiciones laborales ejecutables.

En ese sentido, los demócratas apoyaron nuevos estándares laborales.

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