En espera del reporte final de la troika europea, que incluye al Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, los ministros de finanzas de la Eurozona decidieron aplazar, una vez más, las decisiones difíciles.
Según los pronunciamientos de funcionarios de la Unión Europea, la decisión sobre un nuevo rescate griego, provisto para la próxima semana, podría venir hasta finales de noviembre.
Problema de estimaciones
Según la agencia de noticias Reuters, las estimaciones más nuevas sobre la deuda y las medidas griegas señalan que el país no logrará su objetivo de austeridad para el 2020, como se tenía contemplado.
Sin embargo, estas difieren en al menos 20 puntos porcentuales, entre las hechas por el FMI y la Comisión Europea.
Aquello ha llevado a un enfrentamiento al interior sobre la mejor manera de proseguir con el país altamente endeudado.
El problema es que el conflicto dentro de la troika pone en peligro la extensión de ayuda provista para Grecia de 31 mil millones de euro, lo que acerca al país a la bancarrota una vez más.
Los efectos ya fueron evidentes en el otro lado del océano. El mercado accionario cayó fuertemente por segundo día consecutivo y el índice Standard & Poors tocó su nivel más bajo en tres meses.
Mientras tanto, y con el fin de asegurar a los acreedores que están haciendo su parte, el primer ministro griego Antonis Samaras ha continuado impulsando los controversiales programas de austeridad.
La votación para los recortes se realizó en medio de una de las huelgas generales más grandes en la historia del país, con los medios de transporte en paro desde el martes.