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En las negociaciones de compra entre Anheuser-Busch InBev (AB InBev) y SABMiller, las dos mayores cerveceras del mundo, la tercera resultó no ser la vencida.
SABMiller rechazó ayer públicamente una oferta de compra, valuada en casi 104 mil millones de dólares, por parte de AB InBev, quien a su vez reveló que este revés se dio después de otros dos rechazos privados de ofertas de menor valor.
La negativa de SABMiller, cuya directiva indicó mediante un comunicado que la oferta de AB InBev “subvalúa sustancialmente” a la empresa, no sólo muestra lo tensas que se están tornando las negociaciones entre ambas cerveceras, sino también sus propias tensiones internas.
La oferta de AB InBev ha sido favorecida públicamente por el mayor accionista de SABMiller, la cigarrera estadounidense Altria. Ésta cuenta con una participación accionaria de 26.6 por ciento en la cervecera, y con tres de los 15 asientos del consejo administrativo de la empresa.
Esta postura no ha recibido el apoyo de Jan Petrus du Plessis, presidente del consejo administrativo de SABMiller. Personas cercanas a las negociaciones indican que Du Plessis espera una oferta de compra por lo menos 10 por ciento mayor a la más reciente propuesta de AB InBev, según reporta el diario británico Financial Times.
La resistencia de Du Plessis parece contar con el apoyo del segundo mayor accionista de SABMiller, el conglomerado colombiano Grupo Santo Domingo. La familia Santo Domingo mantiene una participación accionaria de 13.9 por ciento en la cervecera, y cuenta con dos asientos en el consejo administrativo de la empresa.
Nuevo gigante
La fusión potencial entre AB InBev y SABMiller significaría la última reconfiguración de una industria que ha vivido un largo proceso de consolidación.
El nuevo conglomerado tendría una participación de mercado global superior al 30 por ciento. Los ingresos anuales de la firma alcanzarían los 64 mil millones de dólares y sus ganancias anuales antes de impuestos serían de 24 mil millones de dólares.
Pese a que la dominancia de mercado del nuevo conglomerado tendría que ser aprobada por las agencias antimonopolio a lo largo del mundo, la fusión pretende complementar operaciones en un momento crítico para la industria de la cerveza.
AB InBev enfrenta una desaceleración relevante en sus dos principales mercados. En Estados Unidos, el crecimiento de ventas y la participación de mercado cede ante el auge de los productores independientes de cerveza artesanal. En Brasil, que vivirá una contracción económica en 2015 y en 2016, las perspectivas tampoco son alentadoras.
En ese sentido, SABMiller es un objetivo de compra perfecto dada su operación a escala global y que el 72 por ciento de sus ganancias proviene de mercados emergentes.
¿Y ahora?
Para los analistas de la industria, la oferta de adquisición de SABMiller era sólo cuestión de tiempo.
Sin embargo, el acuerdo tiene una fecha límite. Las reglas de adquisiciones de Reino Unido establecen que AB InBev deberá presentar una oferta formal antes del 14 de octubre o de lo contrario ceder la posibilidad de comprar SABMiller por los próximos seis meses.
Mientras tanto, SABMiller aún considera que la oferta no se encuentra en línea con el valor de la empresa. El miércoles publicaron un comunicado en el que argumentaban que AB InBev buscaba tomar ventaja ya que el primer acercamiento se hizo en un momento en que las acciones de SABMiller se encontraban deprimidas.
Du Plessis emitió un comunicado en el que calificaba a SABMiller como “la joya de la corona de la industria”, dadas sus sólidas perspectivas de crecimiento individual.
En cambio, Carlos Brito, director general de AB InBev, declaró que era evidente que en conjunto ambas firmas podrían lograr más de lo que podrían alcanzar por sí mismas y generar mayor valor para sus accionistas.
Brito es también la cabeza de 3G Capital, una firma famosa por sus grandes operaciones de fusiones y adquisiciones, seguidas de una reingeniería abocada a recortar costos y mejorar los márgenes de utilidad de las nuevas compañías.