El peor de los males
La economía mexicana se debate entre dos problemas antagónicos: un ingreso laboral real que ha sido históricamente bajo y una inflación creciente que lastima al poder adquisitivo de los mexicanos, particularmente de los más pobres.
Rodrigo Carbajal
La economía mexicana se debate entre dos problemas antagónicos: un ingreso laboral real que ha sido históricamente bajo y una inflación creciente que lastima al poder adquisitivo de los mexicanos, particularmente de los más pobres.
La iniciativa privada, representada por la Coparmex, la Concamin y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), han promovido, en colaboración con el gobierno de la Ciudad de México, una iniciativa para discutir las posibilidades de elevar el salario mínimo a un nivel de 92.72 pesos, el umbral recomendado por Coneval para trascender la línea de pobreza alimentaria.
Sin embargo, este debate ha propiciado posturas encontradas al interior de la iniciativa privada. Mientras que Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex, dijo la semana pasada que existían condiciones para realizar este ajuste; Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, consideró que la coyuntura inflacionaria no era la adecuada para elevar el salario mínimo.
En la segunda quincena de mayo, la inflación anualizada fue de 6.17 por ciento, la mayor en los últimos 16 años. Desde octubre del año pasado, la inflación ha crecido de manera consistente.
En términos generales, la teoría económica sugiere que un aumento al salario mínimo en un marco de inflación creciente generará presiones adicionales significativas sobre el nivel de precios. Castañón hace alusión tácita a este argumento en su posicionamiento: “Las variables macroeconómicas nos preocupan ante la elevación de tasas de interés para controlar la inflación. El principal insumo para generar estabilidad es la inflación y consultamos con economistas para encontrar las condiciones para elevar el salario mínimo para no afectar la inflación”.
Desde la izquierda, voces críticas de esta posición argumentan que no existe un momento ideal para realizar un incremento al salario mínimo. Además, expresan que el efecto inflacionario actual es transitorio porque el Banco de México ha emprendido un agresivo programa de alzas en su tasa de interés de referencia y a que los principales factores que generaron presiones sobre los precios (la marcada depreciación del peso frente al dólar y el alza en el precio de los combustibles) se han disipado gradualmente.
Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo de la Coneval y un promotor del incremento al salario mínimo, reconoce que la inflación representa el principal factor que ha erosionado al poder adquisitivo de la población en los últimos meses.
Sin embargo, mantiene la tesis de que el incremento al salario mínimo de 9.58 por ciento que tuvo lugar en enero de este año ha sido una de los factores que han ayudado a contrarrestar los efectos perjudiciales de la inflación sobre el ingreso laboral real.
El dilema de política económica para el Estado mexicano es evidente: asumir una postura draconiana para controlar la inflación en detrimento del ingreso laboral real o elevar el salario mínimo y arriesgar un incremento abrupto en el nivel de precios.
Más bajos que China
Los bajos costos laborales se han convertido en el sello de competitividad del modelo de crecimiento mexicano basado en las exportaciones. Bajo diferentes medidas, se ha documentado que el salario por hora en el sector de manufactura es más caro en China que en México.
En China, los costos laborales por unidad en términos de dólares han crecido en un 60 por ciento en términos de dólares, según Tecma, una firma que asesora a empresas estadounidenses para trasladar su producción a México. Esta tendencia se atribuye en gran medida a la apreciación del yuan frente al dólar.
En México, la situación es diametralmente opuesta. En primera instancia, el peso se ha depreciado 71 por ciento frente al dólar en la última década.
En segunda instancia, el ingreso laboral real se redujo en promedio 17.6 por ciento entre el cuarto trimestre de 2007 y el cuarto trimestre de 2014, de acuerdo al Coneval.
A partir de 2015, esta tendencia comenzó a corregirse. Sin embargo, el índice de la tendencia laboral de la pobreza por intervalos de salarios que realiza en Coneval aún se encuentra en un nivel 18.46 por ciento mayor al del segundo trimestre del 2008.
Disonancia cognoscitiva
Esto pone de relieve uno de los fenómenos más notables de disonancia cognoscitiva respecto a la economía mexicana: México es un país en el que, a pesar de mantener una tasa de desempleo de 3.5 por ciento, el 46.2 por ciento de la población se encuentra en una condición de pobreza patrimonial.
El consenso de analistas refiere que los empleos generados están cada vez peor remunerados.De acuerdo a Tecma, el salario promedio del sector de manufactura se encuentra en un mínimo histórico de dos dólares por hora.
Ello coincide con el cálculo del economista independiente Jonathan Heath, de que el salario real se redujo 2.2 por ciento en el primer trimestre del 2017, en términos anualizados,según la encuesta ENOE del INEGI.
El golpe de la recesión
El índice de la tendencia laboral de la pobreza por intervalos de salarios no ha logrado posicionarse en un nivel inferior al que se alcanzó antes de la crisis global de 2008. Este índice mide el comportamiento de la proporción de personas que no pueden adquirir una canasta alimentaria básica con su ingreso laboral.
Precariedad salarial
México es un país con bajo desempleo, pero altos niveles de pobreza patrimonial. La respuesta de esta paradoja yace en la debilidad del ingreso laboral real
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Se redujo el salario promedio real en términos anualizados en el primer trimestre de 2017, según cálculos del economista Jonathan Heath
>> 18.46%
Se ha incrementado desde el 2008 el índice de la tendencia laboral de la pobreza por intervalos de salarios que realiza en Coneval
>> 6.17%
Fue la inflación anualizada de la primera quincena de mayo, la de mayor magnitud en los últimos 16 años
>> 46.2%
De la población de México se encuentra en una situación de pobreza de patrimonio, de acuerdo al último informe completo de pobreza que realizó el Coneval