Se acabó el carnaval

Los datos económicos en Brasil para el tercer trimestre del 2013 decepcionaron más de lo esperado. La información publicada ayer afirma que el Producto Interno Bruto (PIB) del país latinoamericano se contrajo en un 0.5 por ciento, su mayor caída desde el primer trimestre del 2009.

Las acciones tomadas por el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff no han tenido resultados positivos. El aumento de las tasas de interés ha dado un duro golpe a la confianza y reducido las inversiones.

Alejandro Dabdoub Alejandro Dabdoub Publicado el
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es la tasa de interés actual publicada por el Banco Central de Brasil
Las principales acciones del gobierno brasileño fueron la prolongación de exenciones fiscales para reavivar la demanda, aumento de los subsidios al crédito empresarial y la licitación de concesiones para un masivo plan de infraestructura
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Los datos económicos en Brasil para el tercer trimestre del 2013 decepcionaron más de lo esperado. La información publicada ayer afirma que el Producto Interno Bruto (PIB) del país latinoamericano se contrajo en un 0.5 por ciento, su mayor caída desde el primer trimestre del 2009.

Las acciones tomadas por el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff no han tenido resultados positivos. El aumento de las tasas de interés ha dado un duro golpe a la confianza y reducido las inversiones.

Una encuesta realizada la semana pasada por Bloomberg a 38 grandes economistas reflejaba una expectativa de contracción ubicada en el 0.3 por ciento. A pesar de que el resultado del sondeo era considerado negativo, la cifra real fue todavía peor.

La contracción brasileña es un dato que se suma a la tendencia negativa económica.

Desde el comienzo del año las autoridades comenzaron a poner en marcha un plan para reactivar el crecimiento. 

Las principales acciones tomadas fueron la prolongación de exenciones fiscales para reavivar la demanda, aumento de los subsidios al crédito empresarial y la licitación de concesiones para un masivo plan de infraestructura valuado en 240 mil millones de dólares.

Sin embargo, la política de Rousseff ha provocado un incremento en la inflación y el déficit público. Se espera que las decisiones del Banco Central de Brasil se vean afectadas por el mal desempeño mostrado.

Dentro de los datos del tercer trimestre, destaca que el real se debilitó en un 0.1 por ciento frente al dólar para ubicarse en 2.3556 reales por dólar.

Asimismo, la inversión cayó en un 2.2. por ciento, lo que demuestra que el estímulo económico llevado a cabo por el gobierno fue artificial y poco duradero. 

El objetivo había sido que a través del estímulo la confianza creciera, pero paradójicamente el resultado fue el opuesto.

Por su parte, el Banco Central continúa elevando las tasas de interés con la finalidad de amortiguar la inflación. 

De tal modo, la tasa de referencia fue aumentada por sexta vez consecutiva la semana pasada llegando a un 10 por ciento, lo que significa un incremento de 275 puntos desde el mes de abril.

El ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, afirmó en una entrevista para Bloomberg que la tasa de interés ha tenido un impacto en el crecimiento económico de este año debido a que las tasas reales son mayores para inversionistas y consumidores. 

Sin embargo, agregó que la tasa de interés sigue en niveles razonables si se toma en cuenta la situación que esta viviendo el país.

Y el caso mexicano…

Existen diversas comparaciones que se deben hacer entre México y Brasil que pueden servir como lecciones para el gobierno de Enrique Peña Nieta. 

Por un lado, los especialistas afirman que el fracaso brasileño para impulsar diversas reformas estructurales han frenado inversiones potenciales. 

Los cambios más esperados son en las leyes fiscales y laborales que pueden llegar a reducir de manera considerable los costos de producción en el país.

Del mismo modo, Peña Nieto llegó al poder rodeado de buenas expectativas. El tan citado mexican moment de principios de año se vio reforzado por las promesas concretadas en el Pacto por México y las reformas fiscal, financiera, laboral, educativa y energética.

Sin embargo, el gobierno federal se ha topado ante dificultades no previstas y tal vez esté sufriendo por morder más de lo que podía comer al impulsar todas las reformas al mismo tiempo. 

El resultado hasta el momento han sido una baja en las expectativas de crecimiento similar al que ha estado ocurriendo en el país sudamericano.

Asimismo, a manera de círculo vicioso, las pobres condiciones económicas han provocado un sentimiento de incertidumbre hacia cuál será la política monetaria y fiscal del país.

Como consecuencia, los inversionistas titubean al momento de soltar dinero y apostar en planes a largo plazo.

De manera paralela, los estragos ocasionados por la ya tan modificada reforma fiscal han ocasionado que más de una empresa revalúe su estancia en el país. La ambigüedad del discurso oficial y el aumento de impuestos todavía pueden hacer de las suyas.

Tasa de interés

Dilma Rousseff ha prometido más de una vez que aumentará la tasa de inversión que en último trimestre fue del 19.1 por ciento del PIB, en comparación con el 18.2 por ciento que tuvo todo el 2012. 

En comparación, de acuerdo con el Banco Mundial, la tasa de inversión en China fue del 48 por ciento del PIB, la de India fue del 36 por ciento y la de Rusia de 26 por ciento.

Las protestas de los brasileños ante el mal desempeño económico, aunado a un polémico Mundial de Futbol, se desataron a mediados de año con varios incidentes que llamaron la atención de la comunidad internacional. 

Los niveles de confianza industrial y de consumo llegaron a caer a su peor nivel en 4 años durante el mes de julio. 

En una encuesta realizada para el periodo de julio a septiembre, el 54 por ciento de las empresas aseguraron que el más grande obstáculo al que se enfrentan es la incertidumbre económica. 

En comparación con el trimestre inmediato anterior, solo el 36 por ciento de las empresas habían mostrado preocupados por este problema.

A pesar de las malas noticias, hay quienes todavía afirman que Brasil posee un gran potencial, solo le hace falta tomar las acciones correctas. 

En caso contrario, los especialistas esperan un peor panorama con una economía que dependa principalmente del consumo con una inflacion cerca del 6 por ciento para el próximo año y una tasa de interés del 10.5 por ciento.

Mientras tanto, el boom de la economía brasileña que los colocó en los reflectores parece estar llegando a su fin. El carnaval se ha acabado.

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