En China, las bolsas de valores han vivido una fiesta durante el último año.
Los principales índices bursátiles de las bolsas de valores continentales del país asiático, la de Shanghái y la de Shenzhen, registraron un crecimiento promedio por encima de 166 por ciento entre inicios de julio del año pasado hasta su pico histórico del 12 de junio de este año.
El diario The New York Times reporta que esta precipitada alza en el valor de las acciones chinas se dio a pesar de que sus empresas emisoras no mostraron gran mejora en sus ingresos, y a pesar de que se prevé que este año la economía china registre su crecimiento más bajo en 25 años.
Pero todo lo que sube tiene que bajar, y ahora la fiesta está terminando. En el último mes, las bolsas chinas han sido azotadas con una caída promedio de más de 41 por ciento, incluyendo jornadas que registraron caídas intradía que no se veían desde los peores momentos del 2008.
En medio del mayor colapso bursátil chino desde 1992, el gobierno del presidente chino Xi Jinping ha lanzado una variedad de medidas diseñadas para impulsar los mercados de su país.
Éstas incluyen recortes en la tasa de interés de referencia y en los requisitos de reservas bancarias, otorgar préstamos de miles de millones de dólares a empresas paraestatales, y permitirle por primera vez a los fondos de pensiones invertir hasta el 30 por ciento de sus activos netos en el mercado accionario, entre otras.
El gobierno incluso ha recurrido a sus poderes de comunicación y censura para darle un empujón a las acciones, usando medios oficiales para advertir que quien esparza “rumores negativos” acerca de los mercados será sancionado.
Sin embargo, a pesar de la amplitud y profundidad de la intervención gubernamental, nada ha podido frenar las caídas bursátiles en China.
Y aunque hasta ahora los efectos directos de estos descensos se han visto contenidos dentro de la segunda mayor economía del mundo, expertos señalan que es sólo cuestión de tiempo antes de que éstos se sientan a nivel global.
Olas chinas
Desde el pico del 12 de junio hasta el cierre del 07 de julio, 3.4 billones de dólares se evaporaron de los mercados chinos debido a las caídas accionarias.
La mayor parte de estas pérdidas se ha sentido entre los inversionistas individuales chinos, que representan el 80 por ciento de las transacciones realizadas en las bolsas de Shanghái y Shenzhen.
Gracias a que el sistema financiero chino sólo cuenta con limitada participación de extranjeros (y dentro de ello sólo de aquellos inversionistas institucionales que sean designados como calificados por parte del gobierno chino), Quartz prevé que el mayor efecto global de la crisis en China se sentirá a través de la desaceleración económica de ese país.
Esto no sólo se debe al tamaño de China, sino además al peso que el país ocupa en los mercados de mercancías cuya exportación es un componente vital del crecimiento económico de otros países emergentes, como Brasil, Chile o México.
Los problemas en China, sumados a la continuación de la crisis de deuda en Grecia, incrementan la volatilidad y la aversión al riesgo en los mercados financieros, golpeando indirectamente las bolsas de valores alrededor del mundo.
Suspensiones turbulentas
Por si las caídas no fuesen suficientes, los inversionistas en China ayer encontraron difícil difícil salir del mercado en medio de la tormenta. Esto debido a que quienes quieren vender sus acciones se han topado con que no pueden acceder al 72 por ciento de las bolsas, según reporta Bloomberg.
Este obstáculo se debe a que mil 331 empresas han suspendido voluntariamente la cotización de sus acciones en las bolsas continentales de China. A esto se agregan 747 empresas cuya cotización se detuvo debido a que sus acciones cayeron por debajo del límite diario de 10 por ciento el día de ayer.
La combinación de las medidas intervencionistas del gobierno chino y el permitir la suspensión voluntaria de las empresas tiene a algunos expertos cuestionando el discurso de apertura y reforma enarbolado por el gobierno de Xi Jinping.
“Es absurdo, que detengan la cotización porque no quieren que caigan las acciones”, dijo en entrevista con Bloomberg Tsutomu Yamada, analista de mercados en Kabu.com Securities. “Están haciendo todo lo posible por frenar la caída de las acciones, pero no está funcionando”, agregó Yamada.