La industria de las armas de fuego se ha convertido en el principal beneficiario de tiroteos masivos como el que ocurrió en Orlando el fin de semana pasado. El lunes, la primera jornada bursátil después del evento, las acciones de Smith & Wesson y Sturm Ruger crecieron 6.9 por ciento y 8.5 por ciento respectivamente.
Ambas firmas son productoras líderes de armas de fuego en Estados Unidos. Ésta no es la primera vez que capitalizan la atención mediática que genera un atentado masivo y el subsecuente debate público respecto a las políticas de control de armas.
La retórica de la administración del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acerca de regular la venta y el uso de armas de fuego se ha convertido en una mina de oro para la industria.
La agencia AFP reporta que la producción de armas de fuego en Estados Unidos pasó de 5.5 millones de unidades en 2009, un año después de que Obama llegara al poder, a 9 millones en el 2014.
Robert Spitzer, profesor de ciencia política en la Universidad de Nueva York-Cortland, dijo al diario The Wall Street Journal que “algunas personas tienen miedo de que el acceso a pistolas y armas de asalto sea restringido, por lo que realizan compras de pánico”.
Josh Sugarmann, director ejecutivo del Centro de Políticas para la Violencia, un grupo de presión a favor del control de armas, coincide con la conclusión de Spitzer: “El lobby de la industria de las armas de fuego se ha vuelto experto y explotado los temores de sectores de la población que temen que les quiten las armas”.
Factor miedo
El discurso de control de armas de la administración de Obama responde a una serie de eventos como el tiroteo en Newtown, Connecticut en el que murieron 26 personas, el atentado de San Bernardino, California en el que murieron 14 personas y el más reciente ataque en Orlando, Florida en el que murieron 49 personas – el peor atentado estadounidense desde el 11 de septiembre del 2001.
Un reporte de la industria de armas de fuego elaborado por la firma IBISWorld concluye que “la ansiedad y el miedo generado por la percepción de un potencial incremento en los índices de criminalidad ha contribuido a un crecimiento sin precedentes en la industria”.
De acuerdo a información obtenida por la AFP, los pedidos de certificados de antecedentes al FBI, un requisito para la compra de armas de fuego, ha alcanzado sus niveles más altos en los días posteriores a tiroteos masivos. El consenso de analistas coincide en que, tanto el clima de tensión e inseguridad como la percepción de un endurecimiento de la regulación de armas de fuego, contribuyen a que la gente salga a comprar.
Según IBISWorld, las ventas de la industria de armas de fuego ha crecido a una tasa anual de 6.5 por ciento desde el 2011. Se pronostica que el sector alcance un nivel de ventas de 15.8 mil millones de dólares en 2016.
La importancia de los tiroteos masivos para el crecimiento de las ventas es reconocido abiertamente por los principales jugadores de la industria.
En una carta destinada a los accionistas de Sturm Ruger, la mayor productora de armas de fuego en Estados Unidos, Michel Fifer, el director general de la firma escribió: “El incremento en la demanda de nuestros productos está fuertemente correlacionada con los trágicos atentados terroristas de París y San Bernardino. (…) Asimismo nos encontramos en un año electoral en el que la retórica de ambos lados de la cerca va a continuar, manteniendo a los consumidores reflexionando sobre sus derechos de portar armas”.
Un buen año
En el 2012, los ataques masivos de Aurora, Colorado y de Newton, Connecticut coincidieron con las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Esta mezcla se tradujo en ingresos sin precedentes para las grandes firmas de la industria de armas de fuego en ese año.
Tanto las acciones de Smith & Wesson como de Sturm Ruger crecieron más de 70 por ciento en el 2012. La ventas de la primera se incrementaron 43 por ciento para llegar a un nivel récord de 588 millones de dólares al cierre del año fiscal en abril del 2013. De igual forma, los ingresos de Sturm Ruger presentaron un alza de 52 por ciento en 2012 para llegar a 492 millones de dólares.
En ese mismo año, los pedidos de certificados de antecedentes del FBI aumentaron 82 por ciento, llegando a un total de 2.78 millones de solicitudes.
De acuerdo al centro de investigación Pew Research Center, actualmente existen entre 270 millones y 310 millones de armas de fuego en circulación en Estados Unidos.