Los problemas para Volkswagen, la segunda armadora automotriz más grande del mundo, parecen que no tienen fin.
Después de admitir el lunes de falsear pruebas de emisiones contaminantes en sus autos a diesel, las acciones de la empresa se han desplomado en la bolsa y ahora el director ejecutivo a nivel mundial, Martin Winterkorn, se vio obligado a renunciar.
Winterkorn afirma que su decisión de salir de Volkswagen es necesaria para darle un nuevo comienzo a la empresa y salir del escándalo que mancha su reputación.
“Volkswagen necesita un nuevo comienzo, también en términos de personal. Estoy despejando el camino para este nuevo comienzo con mi renuncia”, expresó el ejecutivo en un comunicado.
Hasta el momento, el desempeño de Winterkorn al frente de la empresa había sido impecable. Bajo su liderazgo la empresa llegó a convertirse en el líder mundial de ventas, por encima de Toyota, al comercializar sus 12 marcas con un volumen de negocios de 200 mil millones de euros.
“Estoy sorprendido por lo que ha sucedido en los últimos días. Por encima de todo, estoy asombrado de que los delitos de este ámbito dentro del Grupo Volkswagen eran posibles… esta es la única forma de garantizar confianza. Estoy convencido de que el grupo Volkswagen y su equipo superará esta grave crisis”, puntualizó. agregó Winterkorn.
Secuelas del engaño
Además de la pérdida de miles de millones de dólares en capitalización de mercado, la empresa enfrenta grandes multas. El recuento de daños podría alcanzar penalizaciones de hasta 18 mil millones de dólares, un conjunto de demandas colectivas de sus consumidores, así como acusaciones penales para algunos de sus ejecutivos.
Todo sucedió debido a que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) determinó que Volkswagen habilitó en sus vehículos un software con algoritmos sofisticados que le permitieron detectar cuando se encontraba bajo una prueba de emisiones contaminantes, de modo que se podría controlar el resultado de los exámenes.
En la realidad, la emisión del óxido de nitrógeno de los automóviles de Volkswagen es 40 veces mayor a lo legalmente permitido. Este componente químico es descrito por la EPA como un agente que contribuye a una serie de contaminantes que amenazan el bienestar de la salud pública.
Los reguladores ordenaron a la firma que hiciera un llamado a revisión a los 482 mil vehículos involucrados en el escándalo. Éstos incluyen los modelos con motor diésel Jetta, Bettle, Golf, Passat y Audi Q3 producidos entre 2009 y 2015.
A pesar de que los vehículos no representan una amenaza a la seguridad y a que su reventa continúa siendo legal en Estados Unidos, Volkswagen suspendió la venta de estas unidades en sus agencias distribuidoras.
La EPA anunció que ampliaría su investigación sobre el resto de las armadoras. La señal fue recibida negativamente por los mercado: el sector automotriz ha sufrido una caída generalizada en el precio de sus acciones alrededor del mundo en la semana.