Sedientos de botellas
En México, las embotelladoras de agua viven en una fiesta que no se ve en otras partes del mundo. El estimado que hace el Beverage Marketing Corp. muestra que en México se consumen 246 litros de agua embotellada per cápita anualmente.
En comparación, en Estados Unidos se venden solo 107 litros por persona anualmente, menos de la mitad de nuestro consumo.
Para México, la gran mayoría de agua embotellada proviene de garrafones de 10 y 20 litros, abarcando 85 por ciento de las ventas totales.
Jesús M. Badiola
En México, las embotelladoras de agua viven en una fiesta que no se ve en otras partes del mundo. El estimado que hace el Beverage Marketing Corp. muestra que en México se consumen 246 litros de agua embotellada per cápita anualmente.
En comparación, en Estados Unidos se venden solo 107 litros por persona anualmente, menos de la mitad de nuestro consumo.
Para México, la gran mayoría de agua embotellada proviene de garrafones de 10 y 20 litros, abarcando 85 por ciento de las ventas totales.
El mercado mexicano, 26.5 por ciento es controlado por Danone, con su marca Bonafont, seguido por Coca-Cola controlando el 23.5 por ciento, con su marca Ciel y en tercer lugar Pepsi, con 13 por ciento con Aquafina. Cabe notar que mientras Nestlé tiene una mínima participación en México, es el primer lugar en ventas de Estados Unidos.
Para buscar ganar el mercado, las diferentes embotelladoras buscan conectar a la agua embotellada con los conceptos de higiene, belleza, salud y lujo.
Se espera que el valor por ventas de agua embotellada llegará a más de 13 mil millones de dólares para el 2015.
El agua mexicana
Es común que extranjeros que viajan a México sean asediados por tips y recomendaciones sobre su experiencia, y generalmente el tema de la baja calidad del agua.
Buscando estudiar las razones por las cuales el público decide invertir en una botella de agua en lugar de tomar agua de la llave, la American Water Works Association reportó que el 35 por ciento de los consumidores de agua embotellada lo hacen por preocupación de la calidad del agua potable.
Mientras que aún existe la percepción de que en México se debe de tener precaución al tomar agua de la llave, por su baja calidad, la realidad en la actualidad es diferente.
En los últimos veinte años, el porcentaje de población urbana con acceso a agua potable en México ha aumentado de cerca del 85 por ciento en 1990 a más del 96 por ciento hoy en día.
En zonas rurales, los últimos 15 años se ha visto un aumento del 25 por ciento de acceso a agua mejorada alcanzando al 87 por ciento de la población rural.
En la última década, en México se ha duplicado el consumo de agua embotellada, también se han incrementado los logros en cuanto a calidad de este elemento vital.
Del 2000 al 2010 la Organización Mundial de la Salud ha estimado un aumento en el acceso a agua entubada en áreas urbanas del 88 al 93 por ciento. De la misma forma en la área rural se ha aumentado el acceso a agua entubada del 50 al 74 por ciento. También aumentó un 21 por ciento en mejora de sanidad en todo el país.
Aun así, en la lista de consumo per cápita, vemos como México lidera la lista, seguida por Italia y los Emiratos Árabes Unidos.
Mientras la tendencia de los países que encabezan el consumo de agua embotellada per cápita en el mundo ha ido a la baja, en México se ha acelerado.
Desde el 2007, se ha visto un incremento de más del 18 por ciento en el consumo de agua embotellada en el país, mientras los siguientes tres países en consumo mundial han estimado una caída de entre el 2 y el 42 por ciento.
La percepción negativa
Aunque la mayoría de los datos sobre la calidad del agua mexicana muestren un panorama positivo, existen críticos que apoyan el consumo de agua embotellada. Esto por la supuesta falta de higiene del agua de México.
El dato más citado a favor de este argumento se basa en un estudio del Programa de Desarrollo de la Unesco de más de 10 años de antigüedad.
Dicho estudio ha sido criticado por su manera sesgada de calificar la calidad de agua en modo a medidas de salubridad que pueden contener conflictos atemporales y fallar a la efectividad del estudio.
Por ejemplo, en él se muestra a México en una lista de 122 países ocupando el puesto número 106 en cuanto a calidad del agua.
Resalta que el estudio juzga a Bélgica como el país con peor calidad de agua debajo de todos los países africanos y del sureste de Asia.
Nadie duda que todavía existan diversas áreas de mejora para el país, incluyendo el flujo efectivo de agua en zona rural, baja eficiencia comercial y técnica de utilidades, y un manejo insuficiente de aguas negras.
Es interesante cómo el crecimiento en el consumo de agua embotellada ha aumentado a la par del desarrollo de la calidad del agua en México. El gobierno mexicano busca invertir 12 mil millones de dólares para mejoras de infraestructura y estrategia.