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Shale a la espera

Una de las promesas de la reforma energética fue desarrollar los yacimientos de shale en México. Se buscaba mimetizar el éxito que han tenido las formaciones de Eagle Ford en Texas y Bakken en Dakota para estimular la actividad económica de la región e impulsar la producción  petrolera.

Sin embargo, México aún tendrá que esperar para que los recursos no-convencionales puedan contrarrestar la decreciente producción de crudo.

Una de las promesas de la reforma energética fue desarrollar los yacimientos de shale en México. Se buscaba mimetizar el éxito que han tenido las formaciones de Eagle Ford en Texas y Bakken en Dakota para estimular la actividad económica de la región e impulsar la producción  petrolera.

Sin embargo, México aún tendrá que esperar para que los recursos no-convencionales puedan contrarrestar la decreciente producción de crudo.

En relación a otras actividades de extracción, los yacimientos shale implican costos más elevados. Asimismo, resultan más susceptibles a la coyuntura de precios bajos dada la producción inmediata tras la perforación.

Pese a las expectativas que se habían generado antes de la caída de los precios del petróleo, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, declaró en julio que la quinta licitación de la Ronda Uno estaba congelada. Esta fase licitatoria, que comprende los recursos no-convencionales,   se encuentra “suspendida para una futura evaluación” . 

Presión americana

El precio del petróleo se ubica debajo de los 45 dólares y el efecto comienza a resentirse en la producción shale de Estados Unidos, el modelo a seguir de México en materia energética no-convencional. 

Desde que se alcanzó un máximo histórico en octubre, el número de plataformas de perforación shale ha disminuido 59 por ciento.  Esto contribuyó a la caída en la producción petrolera que reportó en mayo y junio el Departamento de Energía de Estados Unidos. 

El deterioro de las condiciones financieras para los productores shale podría mermar aún más la producción. Analistas esperan que en un futuro cercano se presente una oleada de bancarrotas y reestructuraciones en el sector.

El diario Financial Times reporta que en el primer semestre del año, estas firmas sufrieron una salida de capitales de 30 mil millones de dólares y una baja de 65 por ciento en la venta de acciones en el segundo semestre en relación al periodo anterior.

No obstante, la industria shale americana ha probado ser resiliente: analistas explican que las empresas se han vuelto más eficientes, lo que les ha permitido recortar sus costos entre 20 y 50 por ciento para ubicar el punto de equilibrio debajo de los 40 dólares por barril en algunos casos.

Esto genera dudas sobre el futuro de la industria en México, un país que debutará en la producción de recursos no-convencionales y que cuenta con vehículos financieros y de infraestructura menos desarrollados que Estados Unidos.

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