El espectáculo automovilístico que se desarrolla en Ginebra está marcado por nuevas alianzas empresariales, el cambio de las minivans a las Suv pequeñas, el gobierno de Donald Trump y el Brexit.
En un contexto en el que el proteccionismo emerge como una amenaza latente, la industria automotriz es muy vulnerable porque depende de la oferta de piezas que transitan por varias fronteras antes de que un auto quede completamente ensamblado.
De esa forma, los fabricantes automotrices reunidos en el salón de Ginebra llegan al espectáculo con grandes interrogantes como la de tratar de vender automóviles en un mercado competido.
Las compañías participantes en el Auto Show de Ginebra, que tienen fábricas de ensamble o producción de piezas en Gran Bretaña como Ford, BMW, y Nissan, tienen que tomar decisiones sobre la inversión y fabricación en el país, ante la transición del Reino Unido para abandonar la Unión Europea.
La primer ministra, Theresa May, debe resolver el Brexit este mes, luego de dos años de negociaciones sobre la nueva relación comercial entre Gran Bretaña y la Unión Europea. Al respecto, la principal inquietud radica en si el país dejará tener acceso al mercado único y libre de aranceles del bloque europeo.
Mientras que en Estados Unidos, las automotrices enfrentan la incertidumbre por la política comercial de Donald Trump, de imponer un impuesto de ajuste fronterizo a los vehículos producidos en México, para hacer que regresen las plantas de manufactura a ese país.
La medida sería un cambio relevante para las armadoras, aunque todavía no hay claridad de que vaya a implementarse, pero mientras tanto la industria busca pistas que ayuden a sus decisiones de negocio.
En medio del Show de Ginebra, GM anunció la semana pasada su salida de Europa, como un paso para transformar a la compañía; a través de la venta de su división europea al grupo PSA, la firma matriz de Peugeot y Citroen. Tras meses de negociaciones, la venta de la marca Opel se acordó en 2.2 mil millones de euros.
Apuestas de la industria
Los directivos de las compañías estimaron que la reciente adquisición de Opel por parte del grupo francés PSA será la primera de una serie de fusiones en busca de aumentar la competitividad frente a las exigencias del desarrollo industrial.
Lo anterior porque la digitalización demanda nuevas alianzas, ya que al trabajar en conjunto se pueden desarrollar nuevas competencias de forma más rápida y barata; además de establecer estándares comunes.
En el marco del evento, el director de Renault-Nissan, Carlos Ghosn, declaró a la prensa internacional que no sería sorpresa que continúe la consolidación de la industria automotriz. Agregó que para lograr este objetivo hacen falta cambios técnicos y crecientes inversiones que pueden avanzar a través de vínculos de colaboración.
También, una de las tendencias clave de la industria automotriz es el cambio de minivans a pequeños vehículos utilitarios, los cuales combinan características de autos como interiores afelpados.
Además, la industria automotriz ha invertido miles de millones de dólares en el desarrollo de los nuevos autos eléctricos, aunque en el espectáculo de Ginebra no se esperaría que destaquen como ocurrió en el show de París, cuando Volkswagen y Daimler hicieron apuestas por los vehículos movidos por baterías.
La producción mundial de automóviles de baterías representa el 0.7 por ciento del mercado global de automóviles.