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Siembran dudas

Bayer, el gigante químico y farmacéutico alemán, busca comprar a la controversial empresa agroquímica Monsanto para crear a la mayor compañía de productos agropecuarios del mundo.

Aunque los términos de la posible fusión no han sido revelados, el precio de oferta tendría que rebasar significativamente el valor de mercado de 45 mil millones de dólares de Monsanto. Bloomberg estima que el precio tendría que ser de alrededor de 59 mil millones de dólares.

55%
de los ingresos de Bayer provendrían del sector agropecuario si compra a Monsanto, casi el doble del 28 por ciento registrado en 2015
La ola de consolidación agroquímica abre la puerta a dinámicas anticompetitivas como colusión y control oligopólico de precios
“Un consultor es alguien que le ahorra a su cliente casi lo suficiente como para cubrir el pago de su comisión”
Arnold H. GlasowEmpresario y humorista estadounidense
“Estamos profundamente preocupados en caso de una adquisición total de Monsanto, ya que Bayer no tendría la capacidad de deuda (para financiar la operación)” 
Maximilian AnderlAdministrador de fondos en UBS Global Asset Management

Bayer, el gigante químico y farmacéutico alemán, busca comprar a la controversial empresa agroquímica Monsanto para crear a la mayor compañía de productos agropecuarios del mundo.

Aunque los términos de la posible fusión no han sido revelados, el precio de oferta tendría que rebasar significativamente el valor de mercado de 45 mil millones de dólares de Monsanto. Bloomberg estima que el precio tendría que ser de alrededor de 59 mil millones de dólares.

Sin embargo este gigante del campo tendría problemas de raíz: los inversionistas de ambas empresas ven con malos ojos los planes y su peso en el mercado atrae la preocupación de las autoridades de competencia económica.

La administradora de activos UBS Global Asset Management, una de las principales inversionistas de Bayer, dice estar “profundamente preocupada” por la posible adquisición. “Bayer no tendría la capacidad de deuda (para financiar la adquisición)”, dijo Maximillian Anderl, administrador de fondos en UBS, en entrevista con Reuters.

Por su parte, se piensa que los inversionistas de Monsanto no estarán contentos de recibir acciones de Bayer como compensación, ya que el enfoque de Bayer siempre ha sido predominantemente farmacéutico y no agrícola, mientras que Monsanto sólo se dedica al sector agropecuario.

Analistas del banco Deutsche Bank estiman que si los planes de Bayer se concretan esto levantaría la participación de su rubro agropecuario en sus ingresos hasta 55 por ciento, casi el doble del 28 por ciento registrado en 2015.

Pero además de esto la combinación de Bayer enfrentaría fuerte oposición por parte de las autoridades de competencia económica: la empresa resultante controlaría más del 30 por ciento del mercado global de químicos agropecuarios.

Para México, cuyo campo es actualmente uno de los sectores económicos con mayor crecimiento a pesar de la caída en los precios globales de los cultivos, la consolidación en esta industria difícilmente puede ser bien recibida, ya que incrementos en los costos más de sus insumos podrían estar a la vuelta de la esquina.

Cosechan consolidación

Bayer y Monsanto no son las únicas grandes empresas del campo que buscan fusionarse.

El sector de químicos agrícolas a nivel global está pasando por una ola de consolidación que podría dejar más de tres cuartas partes del mercado en las manos de sólo tres empresas. Además de Bayer y Monsanto, la paraestatal Corporación Nacional Química de China (ChemChina) planea comprar a la suiza Syngenta por 43 mil millones de dólares, lo cual le daría el control del 28.4 por ciento del mercado global, y las estadounidenses Dow Chemical y DuPont planean fusionarse por 130 mil millones de dólares para controlar el 17.5 por ciento del mercado.

De proceder todos estos planes, las tres empresas resultantes controlarían casi 77 por ciento del mercado global.

Esto abre la puerta a dinámicas anticompetitivas como colusión y control oligopólico de precios.

El campo crece

La reducción de competencia en un sector clave como proveedor de las actividades agropecuarias llega en un mal momento, ya que el campo mexicano se ha posicionado como uno de las mayores historias de éxito en la economía mexicana en los últimos años.

A finales de abril la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) señaló que en los últimos tres años el sector primario creció en promedio 8.6 por ciento, con el subsector agropecuario encabezando el crecimiento en el país por encima del manufacturero, industrial, comercial o de servicios.

Este éxito se muestra tanto domésticamente como en el extranjero, ya que por primera vez en dos décadas el país cerró el 2015 con un superávit en su balanza comercial agropecuaria.

Esta tendencia se ha mantenido en el 2016, ya que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) informó que durante el primer trimestre del año la balanza comercial agropecuaria registró su mayor superávit trimestral en 24 años.

Gracias a esto el subsector agropecuario se ha convertido en la segunda mayor fuente de divisas extranjeras para México, detrás de la exportación de manufacturas pero por delante de las remesas, la exportación de petróleo y el turismo.

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