Sin lugar para los repatriados
Pobreza, hambre, desempleo y violencia. Estas son algunas de las razones que obligan a las personas a dejar sus familias y hogares en busca de una mejor vida en el extranjero.
Pero, ¿qué sucede con los migrantes que son obligados a regresar a su país por no encontrar un trabajo o porque son deportados por las autoridades?
Cientos de miles de mexicanos se ven obligados cada año a dejar todo atrás para cruzar la frontera hacia Estados Unidos, e intentar formar parte del “sueño americano”.
Alejandro Dabdoubhttps://www.youtube.com/watch?v=OOsORItV8EI
Pobreza, hambre, desempleo y violencia. Estas son algunas de las razones que obligan a las personas a dejar sus familias y hogares en busca de una mejor vida en el extranjero.
Pero, ¿qué sucede con los migrantes que son obligados a regresar a su país por no encontrar un trabajo o porque son deportados por las autoridades?
Cientos de miles de mexicanos se ven obligados cada año a dejar todo atrás para cruzar la frontera hacia Estados Unidos, e intentar formar parte del “sueño americano”.
Sin embargo, cada vez más emigrantes tienen que regresar a México porque, o no encuentran oportunidades de trabajo, o forman parte de los amplios programas de deportación implementados por el presidente Barack Obama.
De acuerdo con datos oficiales de agencias de inmigración en Estados Unidos, mientras que en el 2002 se registraron más de 122 mil deportaciones de mexicanos, los últimos datos disponibles correspondientes al 2011 registran alrededor de 294 mil deportaciones.
Esto representa un aumento del 141 por ciento en el número de compatriotas que se ven obligados a regresar mediante una orden judicial.
A estos hay que agregar las personas que regresan bajo su propia voluntad después de no haber conseguido un trabajo decente, fenómeno que se agravó desde la crisis financiera del 2008.
Esto, junto a otros factores, ha causado de manera irremediable que las remesas enviadas por los paisanos vayan en picada.
Desde su máximo histórico de 26 mil millones de dólares en el 2007, se ha registrado una caída constante hasta los 21.5 mil millones de dólares recibidos por remesas el año pasado.
Aunque la disminución no representa la mayor amenaza, todavía, a la economía nacional, la caída de las remesas afectan más a ciertos estados suceptibles.
El ejemplo más claro es Michoacán, en el cual el 7.4 por ciento de su producto interno bruto está conformado exclusivamente de las remesas provenientes de Estados Unidos.
Pero ese no es el único problema. Con una tasa de desempleo promedio de 5 por ciento en los últimos años, el gobierno no tiene los medios necesarios para hacerles un lugar a los repatriados.
Un reporte realizado por BBVA Bancomer afirma que una tercera parte de los emigrantes mexicanos que regresan son empleados dentro de la economía informal, un sector que causa cada vez más problemas al desarrollo nacional.
Líderes en remesas
La cercanía de México con Estados Unidos ha facilitado un mayor ingreso de remesas que en otros países.
En América Latina, el país se consolida como el máximo receptor de remesas, con una participación del 35.9 por ciento del dinero enviado desde el exterior a toda la región.
En segundo lugar se encuentra Guatemela, con una participación del 8.8 por ciento.
Las economías estadounidenses y mexicanas se encuentran íntimamente ligadas, más allá del intercambio comercial.
En los últimos 5 años, el número de inmigrantes mexicanos con residencia en el país del norte se ha mantenido estable en 11.8 millones de personas.
Sin embargo, los inmigrantes de segunda y tercera generación, es decir, aquellos que nacieron en Estados Unidos, han mostrado un crecimiento constante a través del tiempo.
De acuerdo a las cifras oficiales del año pasado, el 30 por ciento de toda la población inmigrante de Estados Unidos es de ascendencia mexicana.
Más de la mitad de estos migrantes perciben ingresos superiores a los 20 mil dólares anuales.
Aunque este país es el principal destino para los migrantes, los otros que destacan son España y Canadá.