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Sismo en los bonos

La crisis financiera del 2008 dejó dos lecciones claras para los mercados: que caer en la complacencia puede ser un error fatal y que sólo es necesario un pequeño cambio para iniciar un catastrófico efecto dominó.

El mercado global de bonos, valuado en más de 56 billones de dólares y comúnmente percibido como más seguro que el de las acciones, está en un terreno peligroso en el que estas dos lecciones podrían ponerse a prueba, arriesgando billones de dólares en pérdidas para los inversionistas.

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el declive
que sufrirían los precios promedio de los bonos a nivel mundial por cada punto porcentual que se incrementen sus rendimientos promedio
“Incluso si un incremento en los rendimientos no es tan fuerte, las posiciones son tan grandes que el daño puede ser masivo”
Fabrizio FioriniDirector de inversiones
en Aletti Gestielle
El riesgo en los bonos registró su punto más alto desde el 2010 en el primer trimestre, impulsado por la demanda por bonos de largo plazo

La crisis financiera del 2008 dejó dos lecciones claras para los mercados: que caer en la complacencia puede ser un error fatal y que sólo es necesario un pequeño cambio para iniciar un catastrófico efecto dominó.

El mercado global de bonos, valuado en más de 56 billones de dólares y comúnmente percibido como más seguro que el de las acciones, está en un terreno peligroso en el que estas dos lecciones podrían ponerse a prueba, arriesgando billones de dólares en pérdidas para los inversionistas.

Un índice de bonos de Bank of America-Merrill Lynch, el cual sigue el comportamiento de 48 billones de dólares de deuda, muestra que el rendimiento promedio del mercado es de 1.38 por ciento – cerca del mínimo histórico de 1.29 por ciento registrado en este mes.

Debido a que los rendimientos y los precios de los bonos tienen una relación inversa, esto quiere decir que los bonos están tocando niveles récord en sus precios promedio.

Esta depresión en los rendimientos se debe a que los inversionistas se han seguido volcando hacia éstos en búsqueda de seguridad, a pesar de que casi no les generan ganancias y de que están atando su dinero durante un periodo prolongado. 

En el caso de los 7.8 billones de dólares en bonos con tasas negativas, los inversionistas incluso están dispuestos a registrar pérdidas nominales, pagando por el privilegio de prestar dinero.

“La gente está complaciente. El tiempo está en contra de la parte larga del mercado de bonos. Incluso si un incremento en los rendimientos no es tan fuerte, las posiciones son tan grandes que el daño puede ser masivo”, dijo Fabrizio Fiorini, director de inversiones en la administradora de activos Aletti Gestielle, en entrevista con Bloomberg.

Alza de riesgos

El riesgo implícito en el mercado de bonos registró su punto más alto desde el 2010 durante el primer trimestre de este año, impulsado por esta demanda cada vez mayor por bonos de largo plazo.

Sin embargo esto expone a los inversionistas al riesgo de grandes pérdidas si los rendimientos se incrementan. Bank of America estima que un aumento de medio punto porcentual en el rendimiento promedio del mercado resultaría en alrededor de 1.6 billones de dólares en pérdidas globales.

La duración efectiva del mercado de bonos, la cual se expresa en años y mide cuánto variarán los precios de estos activos si cambian las tasas de interés, alcanzó un máximo histórico de 6.84 años en abril. Esto quiere decir que los precios caerían 6.84 por ciento por cada incremento de punto porcentual en los rendimientos, los cuales siguen a las tasas de interés.

“Toma sólo un movimiento pequeño en las tasas en el largo plazo para borrar tu rendimiento anual”, dijo Thomas Wacker, director de análisis de deuda en UBS Wealth Management, en entrevista con Bloomberg.

Problema soberano

Una de las áreas más preocupantes en este sentido es la deuda gubernamental o soberana, valuada a nivel mundial en más de 28 billones de dólares y frecuentemente percibida como un refugio ante la volatilidad. Esto último la vuelve atractiva para inversionistas institucionales como los fondos de pensiones y de retiro.

La política monetaria acomodaticia de los principales bancos centrales del mundo ha hundido el rendimiento de los bonos gubernamentales a niveles sin precedentes. 

Esto ofrece pocas alternativas para los inversionistas que buscan obtener un rendimiento superior a las tasas cercanas a cero que otorgan los instrumentos gubernamentales de renta fija en el corto plazo. 

Entonces, el inversionista queda con dos opciones: optar por activos más riesgosos como los bonos soberanos de mercados emergentes, o asumir un mayor riesgo mediante la compra de bonos soberanos de mercados ‘tradicionales’ de largo plazo.

La evidencia reciente muestra que, a pesar de una leve mejora en el sentimiento de los inversionistas hacia los activos emergentes, se ha optado primordialmente por asegurar posiciones en bonos soberanos de largo plazo de países como Estados Unidos, Japón, Reino Unido y Alemania.

Sin embargo, la rentabilidad de esta apuesta depende en gran medida de un solo factor: el apoyo artificial que ofrecen los bancos centrales al mercado mediante sus medidas de estímulo. Si las tasas de interés se incrementan, aunque sea sólo un poco, el efecto podría ser catastrófico.

Quizá lo más preocupante en esta situación no es la magnitud de las consecuencias negativas, sino el qué tanto los mercados perciben estos escenarios como improbables. 

A pesar de esto, analistas y autoridades han señalado repetidamente que los inversionistas están subestimando la posibilidad de que los rendimientos suban próximamente, sobre todo si la Reserva Federal decide volver a incrementar su tasas de interés de referencia en los próximos meses. 

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