A Mohamed A. El-Erian le preocupa el estado del sistema global de ahorros para el retiro. El consejero económico en jefe de Allianz y ex-director ejecutivo de PIMCO ve en la actual coyuntura una acumulación de riesgos que pone en peligro de forma titánica los ahorros de la población.
Aún peor es que los actuales riesgos exponen de forma particular a la parte más pobre de la población, la clase media y baja, poniendo en peligro los ahorros y futuros ingresos de subsistencia de quienes menos pueden prescindir de ellos.
En una columna de Bloomberg, El-Erian compara la actual situación con el trágico viaje del transatlántico británico RMS Titanic, cuyo hundimiento vio un efecto letal sobre sus pasajeros de segunda y tercera clase.
Para El-Erian, las actuales condiciones financieras vuelven más difícil encontrar lugares seguros donde depositar el dinero para obtener rendimientos suficientes como para sostener la jubilación.
Esto expone los ahorros a pérdidas potenciales difíciles de recuperar, las cuales podrían resultar catastróficas para quienes más necesitan estas fuentes de futuros ingresos.
El-Erian, quien también fue co-director de inversiones de PIMCO junto con el legendario inversionista Bill Gross, advierte que este fenómeno debe ser atendido de forma urgente.
Sin salvavidas
Para El-Erian el grado de seguridad financiera en el largo plazo está predicado sobre tres elementos: los rendimientos futuros, la correlación en el desempeño entre diferentes clases de activos, y la volatilidad. Y el experto advierte que el panorama para cada uno de estos tres elementos se está volviendo más y más incierto.
Por un lado, el rendimiento en los bonos, los activos preferidos por los esquemas de pensiones debido a su relativa seguridad, continúan cayendo gracias a la combinación de menores prospectos de crecimiento económico robusto y a las medidas de estímulo monetario implementadas por los principales bancos centrales del mundo.
Esto ha presionado los rendimientos de billones de dólares de bonos a territorio negativo, empujando a los inversionistas a bonos más riesgosos (como la deuda corporativa calificada como ‘basura’ o la de mercados emergentes) o a los mercados accionarios.
Y en los mercados accionarios, que siguen rompiendo récords, El-Erian considera que la demanda por los títulos de calidad que otorgan dividendos ha empujado sus precios a niveles preocupantes, dejando como opciones más disponibles acciones más volátiles y riesgosas.
Además, la estrategia tradicional de diversificación financiera, que busca encontrar una mezcla adecuada de activos para minimizar el riesgo de un portafolio de inversiones, se ha vuelto más difícil de implementar a medida que la correlación entre diferentes clases de activos se ha vuelto más inestable e impredecible.
A esto se suma un incremento en la volatilidad, la cual incrementa el riesgo de que el valor de un portafolio de inversión caerá justo cuando un individuo más necesite tener acceso a sus ahorros. Y aunque hasta ahora las autoridades se han mostrado relativamente dispuestas y capaces de minimizar la volatilidad, esto está cambiando rápidamente.
Ante un escenario como el presente, y tomando en consideración la presión implícita o explícita para ofrecer un alto nivel de rendimiento que sostenga los ahorros de los retirados, los administradores de fondos de pensión se ven cada vez más presionados para recurrir a inversiones riesgosas que podrían resultar catastróficas si los actuales niveles de precios resultan ser insostenibles.
Difícil solución
Para poder evitar un escenario desastroso, El-Erian recomienda una solución triple a las autoridades financieras y a los administradores de fondos.
Primeramente, tendrían que ser más realistas sobre el nivel de rendimiento que puede ser logrado dentro de los parámetros tradicionales de tolerancia de riesgo.
Segundo, tendrían que implementar políticas económicas que incentiven e impulsen el ahorro y los ingresos para que la población tenga más dinero disponible al momento de su jubilación.
Por último, tendrían que ser más transparentes y claros con los trabajadores y jubilados, explicando los riesgos que se están tomando y ofreciendo opciones de ahorro menos riesgosas con la condición explícita de rendimientos más bajos.
Con la población global envejeciendo y las actuales condiciones viéndose cada vez más atrincheradas, la advertencia de El-Erian cobra urgencia. En otras palabras, es mejor prepararse para el desastre antes de que el barco golpee un témpano de hielo.