En medio de la mayor revolución de las tecnologías de la información en la historia, los smartphones emergieron como el vehículo que hizo posible este fenómeno. Apple se convirtió en la empresa con el mayor valor de capitalización de mercado en el mundo en gran medida gracias a la introducción del iPhone.
La creciente expansión del iPhone, cuyas ventas son responsables de dos tercios del ingreso de Apple, hicieron que la acción pasara de 12.21 dólares en 2007 al momento de su introducción al mercado, a un precio máximo de 133 dólares alcanzado en febrero del año pasado.
Sin embargo, todo auge tiene su final. En menos de 10 años, el iPhone penetró el mercado de prácticamente todos los países desarrollados y del estrato de alto ingreso de países emergentes como Rusia, Brasil y China.
En el primer trimestre del 2016, las venta de iPhones a nivel global se redujo interanualmente en casi una quinta parte. Esto representa el primer declive en la historia del producto.
La saturación de los mercados desarrollados, los problemas estructurales de economías emergentes y la creciente competencia en precios de smartphones de una gama menor explican la debacle del iPhone.
Pero el estancamiento no se limita al iPhone: es un fenómeno generalizado que podría empeorar. La cadena de suministro de los teléfonos inteligentes muestra señales anticipadas desalentadoras respecto al futuro del mercado.
Muestra desaceleración
FIH Mobile, una de las mayores firmas ensambladoras del mundo, anunció que espera que las ganancias de la primer parte del año desaparezcan prácticamente por completo. Asimismo, Japan Display Inc. , que produce pantallas de cristal para Apple, dijo que la demanda de teléfonos inteligentes se ha deteriorado tan rápido que la compañía podría presentar una utilidad negativa para el año fiscal completo.
Las ventas de la ensambladora Pegatron cayeron 16 por ciento en términos interanuales en el primer trimestre y Minebea Co., productor de luces LED para móviles, dijo que sus últimos resultados se encontraron debajo de las expectativas del consenso de analistas.
Esto se encuentra en línea con las perspectivas de Samsung, el mayor productor de teléfonos inteligentes del mundo, reconoció la persistencia de una demanda débil en el mercado.
El argumento se complementó con la perspectiva de Taiwan Semiconductor Manufacturing, una de las empresas más grandes de microprocesadores móviles, de que los pronósticos de la demanda serán recortados de manera generalizada.
Mark Li, analista de la firma de consultoría Stanford C. Bernstein & Co., dijo a Bloomberg que “la tendencia de desaceleración de los teléfonos inteligentes es muy clara”.
Los analistas del mercado aún no encuentran un consenso respecto a si las actuales condiciones de la industria responden a causas coyunturales que serán sobrellevadas para dar lugar a un nuevo auge o si responden a factores estructurales que necesitarán de una disrupción tecnológica para salir de la nueva normalidad.
Mientras tanto, los consumidores que aún no cuentan con un teléfono inteligente podrían salir beneficiados del escenario actual.
Se espera que la actual saturación del mercado y la creciente competencia por mantener participación se verán reflejados en una guerra de precios que abarate el costo de estos productos.