Steve McQueen: El acróbata mejor pagado
— Sus inicios
Terence Steven McQueen nació el 24 de marzo de 1930 en Beech Grove, Indiana. Su padre, William T. McQueen, era un piloto de acrobacias de circo. Tras vivir con su abuelo en una granja, a los 8 años regresa a vivir con su madre y el nuevo esposo de esta. Debido a maltratos de su padrastro, McQueen empieza a hacer vida en la calle a los 9 años junto a sus compañeros de pandilla.
— Sus inicios
Terence Steven McQueen nació el 24 de marzo de 1930 en Beech Grove, Indiana. Su padre, William T. McQueen, era un piloto de acrobacias de circo. Tras vivir con su abuelo en una granja, a los 8 años regresa a vivir con su madre y el nuevo esposo de esta. Debido a maltratos de su padrastro, McQueen empieza a hacer vida en la calle a los 9 años junto a sus compañeros de pandilla.
— McQueen, la estrella
Con su servicio militar, McQueen inició sus estudios en actuación con una ayuda financiera otorgada por el gobierno de Estados Unidos. De esta forma, en 1952 el ícono del cine se estrenó en los escenarios diciendo una sola frase: “Todo está perdido”. Para los 70 ya era un actor consagrado, incluso The Rolling Stones se refiere a él en la canción “Star Star”. Se convirtió en el actor de cine con la mejor paga en 1974.
— Su mayor pasión
No es de sorprender que muchas de sus películas tuvieran escenas relacionadas a las motocicletas, pues este fue uno de sus más grandes pasatiempos. Era excepcional en trucos y demás maniobras con estos vehículos y era de los pocos actores que podían maniobrar de tal forma. En películas como “The Great Escape” hizo gala de sus talentos tras el volante.
— En la lista de Manson
Amigos de McQueen fueron asesinados por uno de los criminales más famoso, Charles Manson, el 9 de agosto de 1969. La policía encontró una lista de Manson con los nombres de sus próximas víctimas, en ella se encontraba McQueen. Se dice que la compañía donde trabajaba el actor no aceptó un guión propuesto por el asesino. La noche del multicrimen, él planeaba asistir a esa reunión, pero otro compromiso se lo impidió.
— Muerte en México
Al enterarse que tenía un cáncer terminal, en 1980 viajó a México para someterse a “tratamientos no convencionales” que le costaron 40 mil dólares al mes y eran aplicados por William Donald Kelley, quien solo contaba con licencia médica de ortodoncia. Regresó a Ciudad Juárez a tratarse el tumor, a pesar de que en EU le advirtieron que el procedimiento podría quitarle la vida, tal como sucedió el 7 de noviembre de ese año.