Familias bienvenidas
— Buscando crear un ambiente más apropiado para unas vacaciones familiares y no solo como destino turístico para una despedida de soltero, en 1989 abrió el casino The Mirage, valuado en más de 630 millones de dólares. Tras el icónico éxito del Mirage, Wynn instaló el Treasure Island, el Bellagio, el Wynn y el Encore, volviéndose el dueño más opulento de Las Vegas.
Bingo desde la infancia
— Wynn nació en el noreste de Estados Unidos, ayudando en el negocio familiar de atender establecimientos de bingo en la ciudad. Su padre era adicto al juego, tanto que terminó muriendo por complicaciones del corazón, dejando 350 mil dólares en deudas de apuestas. Terminando su universidad, Wynn tomó control del negocio familiar y lo hizo crecer.
Boda de realeza
— Para su tercera boda, con la inglesa Andrea Hissom en el 2011, el magnate compitió con el Principe Guillermo al realizar la fiesta en los mismos días de la boda real británica.
En un evento bautizado como “La boda real de América”, que rebasó el millón de dólares, Wynn invitó a 500 personalidades a festejar durante tres días en su hotel Wynn Las Vegas Resort, con Clint Eastwood como padrino de bodas.
Reformando Las Vegas
— Cuando Las Vegas era considerada la ciudad del pecado, por la popularidad de los prostíbulos y la infiltración de la mafia italiana, Wynn vio una cara diferente de la ciudad. En los 70 consiguió expandir el casino Golden Nugget de una sala de apuesta a un hotel resort, el cual disfrutó de tremendo éxito.
Fanático del arte
— Siendo un ávido aficionado del arte, Wynn tiene distintos récords de compras a su nombre. Uno de los casos más sonados incluye la compra de “Le Rêve” de Picasso, el cual se estima que compró en alrededor de 60 millones de dólares en el 2001, para venderla a SAC Capital en el 2013 por 155 millones de dólares.