Los medios internacionales siguen poniendo atención especial en México. Mientras que en el país la población sigue escéptica ante la actuación del presidente Enrique Peña Nieto, la aprobación de reformas estructurales el año pasado han sido aplaudidas en el exterior.
La reciente captura de Joaquín Guzmán, uno de los delincuentes más buscados por México y Estados Unidos, también ha ayudado a la reputación del presidente y del país en general. Ahora los reflectores se centran en el mercado de las telecomunicaciones que se ha visto dominado durante años por dos hombres: Carlos Slim y Emilio Azcárraga.
Acabar con los monopolios de Telmex y Televisa es el siguiente punto en la agenda para los observadores externos. Medios de comunicación como The Economist centran su contenido alrededor de la industria de telecomunicaciones cuando hablan de México.
La falta de competencia y disfuncionalidad del mercado mexicano le cuesta al país 1.8 por ciento de su Producto Interno Bruto anual, de acuerdo a datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Por eso no sorprende las altas expectativas que genera la próxima decisión del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) programada el 9 de marzo donde se pronunciará acerca de la preponderancia de mercado que poseen América Móvil y Televisa.
Una nota de la semana pasada publicada por The Economist destaca la rivalidad entre Slim y Azcárraga.
Hace unas semanas se reveló el acuerdo que tiene la empresa de televisión de paga Dish para permitir una eventual adquisición por parte de Carlos Slim por 325 millones de dólares.
La posible incursión de uno de los hombres más ricos del mundo a la televisión ha puesto en alerta a Televisa quien señala que Slim tiene prohibido controlar, de manera directa o indirecta, transmisiones de televisión. Esta limitación se encuentra impuesta en la concesión que en su tiempo se le otorgó para adquirir Telmex en 1990 y que ha sido uno de los principales factores que ha contribuido a su fortuna.
Además de la televisión, la industria de la telefonía es el otro punto de pelea entre los monopolios del país. De acuerdo con The Economist América Móvil controla alrededor del 80 por ciento de las líneas de teléfono física y tiene el 70 por ciento del mercado de la telefonía móvil.
Lo anterior significa un gran impedimento para los nuevos competidores porque la ley no obliga a América Móvil a compartir la infraestructura de cables y redes. En este respecto México es de los únicos países donde se vive está condición, por lo que Azcárraga sigue manteniendo un frente de batalla a través de Iusacell al lado de TV Azteca.