México está navegando en la incertidumbre. La coincidencia de tres olas pone en riesgo a la economía: la desaceleración global, el brote del coronavirus Covid-19 y la guerra de los precios del petróleo. Para contrarrestar el impacto negativo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) puede valerse de cuatro salvavidas que le permitirán salir a flote. Por principio cuenta con finanzas públicas sanas, tiene líneas de crédito fuertes, así como fondos de estabilización y las coberturas de los ingresos petroleros.
Con la intención de mandar una señal de certidumbre, el secretario de Hacienda Arturo Herrera aseguró que México está blindado ante cualquier crisis y desde el gobierno se están trabajando en soluciones.
Hasta la fecha, la administración ha cumplido a cabalidad con su promesa de mantener el dinero de casa en orden y esto se ve reflejado en las metas fiscales que fueron mejor a lo que se esperaba al cierre del año pasado.
Durante 2019 se alcanzó un superávit primario de 1.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mayor al superávit de 0.6 por ciento del PIB registrado el año anterior y de 1.0 por ciento del PIB estimado en el Paquete Económico 2019.
La intención de contar con finanzas públicas sanas no es nueva, a pesar de que es una de las banderas principales de la Cuarta Transformación. A partir de 1995, en el sexenio de Ernesto Zedillo, se pusieron en marcha una serie de medidas para diseñar un marco de extrema cautela, con el propósito de proteger a la economía ante escenarios adversos, ya que en ese año la economía mexicana se desplomó 6.4 por ciento y la deuda pública externa fue de 26.5 por ciento como proporción del PIB nacional.
Por la parte de la deuda, el secretario Herrera detalló que aproximadamente el 78 por ciento se encuentra denominada en pesos y de manera general el 81 por ciento se encuentra a tasa fija. Esto quiere decir que si ocurrieran variaciones en la tasa de interés el costo financiero no se vería afectado.
En el caso de la deuda externa, el 100 por ciento está a tasa fija y la mayor parte es de largo plazo, por lo que no hay vencimientos que deban atenderse en el corto plazo.
Apretar el bolsillo
Otro de los salvavidas del gobierno son dos líneas de crédito. México posee un instrumento financiero con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 61 mil millones de dólares y otro con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por un monto de 9 mil millones de dólares.
A finales de noviembre del año pasado, la SHCP solicitó al FMI la renovación de línea de crédito flexible (LCF) por dos años más, aunque por un monto menor a los 74 mil millones de dólares previstos anteriormente.
El salvavidas al que más han recurrido es al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), el cual, según especialistas, se ha convertido en la “caja chica del gobierno”, pues esos recursos se han destinado para compensar la baja en ingresos.
Tan solo el año pasado se usaron recursos por el orden de los 125 mil millones de pesos y, a pesar de que la actual administración ya gastó la mitad del FEIP, el secretario de Hacienda Arturo Herrera asegura que se cuentan con recursos suficientes para enfrentar el actual escenario.
Al cierre de 2019, el fondo sumaba una bolsa total de 158 mil 500 millones de pesos, según datos de SHCP.
El titular de Hacienda reconoció que una de las tareas que se deberán resolver en el futuro próximo es determinar cuál es el tamaño optimo de este fondo y cómo se va alimentar, ya que eso aún no está bien definido.
El cuarto salvavidas del gobierno tiene que ver con las coberturas de los ingresos petroleros. Hace una década estos recursos representaban alrededor del 8 por ciento del PIB nacional y aunque hoy ya no tienen tanto peso, aún equivalen al 4 por ciento del PIB.
Por ahora, el analista Arturo Carranza prefiere dar el beneficio de la duda sobre si en realidad funcionarán estos salvavidas o no, pero mantiene un optimismo moderado.
“Mucho de lo que dure la tendencia a la baja de los precios del petróleo y la emergencia sanitaria del Covid-19 será determinante para ver si las herramientas de las que habló el secretario Herrera serán eficaces para enfrentar este escenario, pero es cuestión de tiempo para ver resultados”.
El salvavidas extra
El cuarto salvavidas para el gobierno será el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) a combustibles ante la caída de los petroprecios y la depreciación del peso mexicano. Arturo Herrera adelantó que para este año se prevé recaudar cerca de 313 mil millones de pesos por este concepto.
El funcionario explicó que, a pesar de que México exporta petróleo, importa gasolina y esto ayudará a la recaudación del IEPS.
“A diferencia de hace años donde éramos un exportador neto en todos los temas petroleros, hoy somos un importador neto en materia de gasolinas de tal forma que tenemos un doble impacto por ese lado, aun cuando nos afecta en la disminución en los precios del petróleo, hacer un importador neto en materia de gasolinas nos resulta más barata la gasolina que importamos”, explicó el secretario.
Al cuestionarle si se daría un alza en el impuesto Herrera descartó la idea, al igual que si una disminución en el precio de la gasolina se vería reflejado en el bolsillo de los consumidores.
De igual forma comentó que el compromiso ha sido mantener los precios fijos en términos reales, lo cual quiere decir que cuando van por arriba el gobierno absorbe el costo y cuando van hacia abajo se mantiene igual y eso permite ir compensando ambos lados.
Arturo Carranza, analista del sector energético, opina que el mensaje del titular de Hacienda era esperado por los mercados, analistas e inversionistas, pues necesitaban una señal para contrarrestar el caos después del lunes negro.